Lunes, día 19 de octubre de 1987, el pánico se ha adueñado de los mercados después de que el S&P 500 se desplome un 30%. Algunos expertos apuntan a que aquel lunes negro desató unas pérdidas globales de más de 1,7 billones de dólares. Décadas después de aquel evento, diversos analistas alertan de que la subida desatada en los bonos les recuerda a los antecedentes de aquel colapso y creen que, aunque no tenga por qué ser de la misma magnitud, podría estar anticipando un desastre en Wall Street después de que el bono de EEUU a 30 años conquiste el 5% por primera vez desde 2007.
"La actual resiliencia del mercado de acciones frente al aumento de los rendimientos de los bonos me recuerda mucho a los acontecimientos de 1987, cuando el optimismo de los inversores en acciones finalmente fue aplastado", explica Albert Edwards, estratega de Société Générale. El experto insiste en que, "al igual que ocurrió entonces", cualquier indicio de recesión en los mercados provocaría seguramente un golpe devastador para las acciones".
Actualmente el S&P 500 mantiene una revalorización del 10,6% anual, a pesar de una caída de casi el 6% en los últimos 30 días. El índice, apoyado por el rally tecnológico de la inteligencia artificial y la resistencia en los resultados de sus empresas, aguanta de momento las embestidas de un entorno más desafiante por las subidas de tipos de la Reserva Federal. El banco central de EEUU ha disparado el 'precio del dinero' con once incrementos, pasando del 0% al 5,5%, su ciclo más agresivo en 40 años.
Estos factores, más la resistencia de la economía de Estados Unidos frente a las políticas más restrictivas, están llevando en volandas el rendimiento del bono americano, que ya se encuentra en el 4,78% en el caso de los títulos a 10 años y del 5% en los de 30 años. Estos últimos aumentos han sido paralelos a la publicación de los datos de empleos vacantes, que han sorprendido al alza llevando la tasa de paro a mínimos. Por su parte, la propia Fed cree que el PIB de EEUU crecerá este 2023 un 2,1%.
Volviendo al impacto de los bonos y a una posible alerta de recesión que sacuda a los mercados, Edwards explica que "nunca en mi carrera he sido testigo de tanta incertidumbre sobre dónde nos encontramos en el ciclo económico. ¿Aquella recesión prometida hace tanto tiempo sigue acechando a la vuelta de la esquina o estamos en el comienzo de un nuevo ciclo económico? Al parecer, muchos inversores están cada vez más convencidos de que es lo último".
"Las turbulencias monetaria jugaron un papel clave al exacerbar las preocupaciones de recesión en un mercado"
A pesar de que las instituciones dan por hecho que la recesión se esquivará y se logrará un "aterrizaje suave", la probabilidad de recesión a 12 meses que ofrece la Reserva Federal de San Luís afirma que hay un 40% de opciones. Sin embargo, las diferentes firmas de análisis han recortado esta posibilidad a lo largo del verano, con Moody's llevándola al 33% o Goldman llevándola al 15%. Por su parte, indicadores clásicos como la curva de tipos (diferencial entre el bono a corto y largo plazo) se encuentra totalmente invertida. Sin embargo, algunos analistas creen que este indicador de contracción económica podría estar fallando por primera vez desde 1960.
En cualquier caso, desde Société Générale matizan que una caída en Wall Street sería muy diferente que en 1987 pues en aquel entonces "las turbulencias monetarias jugaron un papel clave al exacerbar las preocupaciones de recesión en un mercado que estaba valorando el inicio de un nuevo ciclo económico". Un factor clave para desencadenar las caídas tan sensibles. Sin embargo, en su último informe explican que hay problemas que están pasando inadvertidos, como la contracción de la oferta monetaria, que ha caído en agosto hasta los 20.865 millones de dólares.
"El actual aumento de los rendimientos de los bonos, incluso cuando los cíclicos se están vendiendo, podría verse como una señal de que el mercado está empezando a valorar un error de política"
Pero no es solo Société Générale el que ha mostrado preocupación por las similitudes en la renta fija con aquella crisis. Desde JP Morgan ya advirtieron hace un par de días de que "si los rendimientos siguen subiendo podría desatarse una catástrofe financiera". David Lebovitz, estratega de mercado global de la firma explicó que "algo se romperá pronto".
Mislav Matejka director de acciones globales y europeas de JPMorgan, concretó más sobre el problema de una deuda al alza. "El actual aumento de los rendimientos de los bonos, incluso cuando los cíclicos se están vendiendo, podría verse como una señal de que el mercado está empezando a valorar un error de política, que potencialmente la Reserva Federal está yendo demasiado lejos y que subirá más por más tiempo". Según el experto, esta situación traerá dolor a los mercados y, por lo tanto, "no creemos que los rendimientos de los bonos puedan seguir subiendo por mucho más tiempo".