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La adquisición de deuda hipotecaria aviva la tensión en el seno del BCE

  • Kranjec dice que podría adquirir otros activos
  • Weber dice que no hay razones para hacerlo
Jean-Claude Trichet, presidente del BCE. Foto: Bloomberg.

Las históricas medidas monetarias adoptadas hace una semana por el Banco Central Europeo (BCE) han avivado la tensión entre los distintos miembros de la entidad. Eslovenia, a diferencia de Alemania, considera que hay margen para adquirir más bonos. El BCE detecta síntomas de estabilización en la Eurozona.

La tradicional división existente en el mundo de los bancos centrales, por la que sus integrantes más proclives a bajar los tipos de interés son llamados palomas y los más reacios quedan marcados como halcones, ha ido un paso más allá después de que la institución anunciara el 7 de mayo que comprará deuda hipotecaria a las entidades financieras.

Ayer, el presidente del Banco Central de Eslovenia y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, Marko Kranjec, se descolgó con unas contundentes declaraciones. Por un lado, matizó que no es descartable que la entidad europea acabe adquiriendo una gama de títulos más variada de la anunciada inicialmente. Así, precisó que la lista de activos puede crecer para incluir deuda corporativa o pagarés de empresa.

Adicionalmente, consideró que la cantidad final dedicada a este programa de compras puede superar los 60.000 millones de euros anunciados el pasado jueves por el máximo representante de la institución, el francés Jean-Claude Trichet.

Estas palabras contrastan con las pronunciadas el martes por el principal halcón del BCE, el germano Axel Weber. El presidente del Bundesbank -banco central de Alemania- manifestó el martes que no hay razones para comprar otros títulos distintos a los respaldados por créditos hipotecarios ni para emplear más de 60.000 millones en dicho proceso. De este modo, confirmó que no es partidario de esta medida, de la que fue el mayor opositor en el Consejo de Gobierno del BCE, el órgano que adopta las decisiones de política monetaria de la institución.

A falta de que Trichet comunique los detalles finales del programa de adquisición de activos, algo que ocurrirá en la reunión del próximo 4 de junio, por el momento ha anticipado que el BCE tiene previsto emplear 60.000 millones de euros y adquirir, exclusivamente, deuda hipotecaria.

Con ello, pretende dinamizar este segmento, que en los últimos años había sido clave a la hora de proporcionar financiación a la banca y cuya actividad se ha paralizado desde el estallido de la crisis.

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