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La cartera de inversiones del gigante Blackstone supera el billón, pero la firma no está de celebración

  • Se convierte en la primera firma de capital privado en alcanzar ese hito
  • El logro llega con una ralentización del negocio y el deterioro del real estate
  • Ha habido un cambio en las estrategias de inversión por la restricción monetaria
La sede de Blackstone en Nueva York, EEUU. Foto: Bloomberg.

Blackstone se ha convertido en un gigante de la inversión. La firma neoyorquina arrancó su negocio hace cuatro décadas con una cartera de activos que valía menos de medio millón de dólares, lo que es hoy una cifra insignificante en comparación con el billón (trillion) de dólares que gestiona actualmente. Acaba de superar esa cifra (que equivale al 70% del PIB español), convirtiéndose así en la primera compañía de capital privado en lograrlo. Sin embargo, este acontecimiento luce menos porque llega en un momento en el que su negocio se ha ralentizado debido a la incertidumbre macroeconómica.

La mayor gestora de activos alternativos del mundo no es inmune al deterioro económico y ello se refleja en el dinero que entra a sus fondos y en su estrategia de inversión. Una de las consecuencias de los elevados tipos de interés es que hay menos apetito por el real estate y eso da más espacio al crédito o al private equity, como reflejan sus cuentas del segundo trimestre conocidas este jueves.

El negocio de Blackstone se basa en captar dinero de inversores privados para moverlo en distintas oportunidades y generar una rentabilidad. Pero a medida que la política monetaria se vuelve restrictiva, estos negocios empiezan a desacelerar y el dinero deja de fluir. La gestora está especializada en activos alternativos (participaciones en empresas, inmobiliario, infraestructura o capital riesgo, entre muchos otros, pero excluyendo acciones o valores cotizados) y los elevados tipos de interés la han condicionado.

Una de las áreas en la que gestora se ha visto más tocada es en la de inmobiliario. En los últimos 12 meses hasta junio, la firma ha levantado 49.215 millones para sus fondos de real estate, es decir, menos de la mitad de que captó durante el mismo periodo del año pasado. En concreto, 2,5 veces menos. Esto significa que los clientes de Blackstone se muestran mucho más cautos a la hora de invertir en ladrillo, ya que se produce un ajuste de precios en las propiedades comerciales debido al encarecimiento de la financiación.

De hecho, a finales del año pasado, la compañía tuvo un susto con su fondo de inmobiliario Blackstone Real Estate Income Trust (BREIT). Muchos de los clientes que metieron dinero en este vehículo quisieron retirar sus participaciones a la vez, lo que obligó a la compañía a limitar dichas peticiones para salvaguardar su liquidez. Entonces, solo el 43% de los inversores que pidieron su dinero pudieron acceder a él en ese momento. Es lógico que haya cierta prisa en liquidar esa posición si el activo en cuestión se va a devaluar.

Mientas que el año pasado la firma levantaba más de un tercio de todo el capital para sus fondos de inmobiliario, el 36%, ahora ese porcentaje se ha reducido al 31%, cinco puntos porcentuales menos, según sus cuentas. Otras áreas han ganado más peso y los inversores han preferido mirar más allá del real estate.

Aunque sus divisiones de crédito y de capital privado también han atraído menos de la mitad de fondos en tasa interanual, estas han ganado el terreno que ha perdido el ladrillo. En la primera de ellas, se ha pasado de recaudar 134.156 millones de dólares en los 12 meses hasta junio de 2022 a 64.215 millones hasta este junio. Sin embargo, los fondos que han ido aquí suponen el 40,5% de todo lo captado, una leve mejoría respecto al ciclo previo. El capital levantado en private equity también se ha desplomado, pero ahora es un 22% del total de los fondos que entrar respecto al 20% previo.

Por otra parte, la propia Blackstone ha sido mucho más cauta a la hora de desplegar el capital y ha reducido drásticamente sus nuevas inversiones en todas las áreas. Ha preferido abrocharse el cinturón y reducir el grifo del dinero un 53% de media, pasando de invertir 173.433 millones de dólares en 12 meses a colocar 80.311 a lo largo de los siguientes. 

En general, la gestora ha movido menos ficha en todos los aspectos. También ha hecho menos desinversiones. Habitualmente, los activos pierden valor cuando se suben los tipos de interés, por lo que el fondo ha evitado liquidar sus posiciones sin sacarles rendimiento y prefiere esperar. Ha habido un 32% menos salidas.

Aunque el negocio de Blackstone se ha ralentizado, este empieza a ver cierta mejoría respecto a los peores meses. Pero todavía no se ha recuperado de la caída generalizada de la inversión de 2022. El beneficio neto de la firma es cuatro veces menor en los últimos 12 meses hasta este junio que lo que se anotaba en tasa interanual. Por eso, la mayor gestora de alternativos no está para celebrar el billón de dólares que ha alcanzado su cartera.

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