Bolsa, mercados y cotizaciones

El misterio de las 'acciones fritas': las alocadas oscilaciones de más del 1.000% que sacuden la bolsa de Indonesia

  • Valores con una propiedad concentrada y escaso volumen de negociación
  • Los constantes medidas de los reguladores no acaban de atajar el problema
  • La situación pone en un brete a un mercado bursátil de 640.000 millones
Puesto callejero de comida frita en Indonesia. Foto: iStock

Lo que está ocurriendo en la bolsa de Indonesia deja insuficiente el tradicional concepto de 'chicharro', empleado en la jerga bursátil para aquellos valores muy baratos y con escasa liquidez en bolsa que se caracterizan por una gran volatilidad. En el caso indonesio, esta volatilidad no es cosa de dos dígitos, sino de cuatro. En los últimos tres años, al menos 83 empresas indonesias han oscilado un 1.000% o más de máximo a mínimo, según datos recopilados por Bloomberg. Esto supone alrededor del 10% del total de valores cotizados, una proporción mayor que en los vecinos Tailandia, Malasia, Singapur, Vietnam y Filipinas.

Estas inexplicables oscilaciones de las acciones indonesias están alimentando las peticiones de una regulación más estricta en el mayor mercado de valores del sudeste asiático. Conocidas como 'acciones fritas' entre los operadores locales, suelen tener una propiedad concentrada, escaso volumen de negociación, escasa cobertura de los analistas y valoraciones elevadas en relación con sus homólogas.

Aunque esta alocada volatilidad en las acciones sin liquidez no son nada nuevo en los mercados emergentes, los movimientos han llegado a ser tan extremos en Indonesia que los reguladores introdujeron la semana pasada una nueva lista de vigilancia para detectar rápidamente lo que perciben como empresas con problemas, como forma de proteger a los inversores. La lista incluirá empresas sin crecimiento de ingresos, con bajos precios de las acciones, escasa liquidez y en proceso de reestructuración de la deuda, entre otros factores. Algunos operadores presionan para que las autoridades hagan aún más, mientras que el presidente del país, Joko Widodo, ha instado a los reguladores a reforzar la supervisión de posibles manipulaciones del mercado.

La dimensión del fenómeno ha hecho precisamente que surja el apodo de 'acciones fritas' ante la avalancha de compras y ventas que luego desaparece. Los chinos lo llaman chao gu o 'acciones salteadas', en referencia a la rápida especulación que mantiene las acciones 'calientes'. Los indonesios han tomado prestado el concepto, refiriéndose a estas empresas como saham gorengan o 'acciones fritas'.

Lo que está en juego es la confianza de los inversores en un mercado bursátil de casi 640.000 millones de dólares que se ha vuelto tan ilíquido que ha obligado a algunas empresas a recurrir a préstamos bancarios más caros para reunir capital. El año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló en un informe que la "escasa profundidad" de los mercados financieros indonesios constituye desde hace tiempo un obstáculo para el crecimiento. La relación entre la capitalización bursátil del país y el PIB es también la más baja entre los países del sudeste asiático.

No todas las acciones que se muestran volátiles se consideran valores 'fritos', aunque los operadores han expresado su confusión por los crecientes niveles de grandes oscilaciones. Los resultados de las subidas han acuñado o impulsado la riqueza de un puñado de magnates ultrarricos. Low Tuck Kwong, multimillonario que controla la minera de carbón Bayan Resources, se convirtió en uno de los hombres más ricos de Asia después de que sus acciones se dispararan más de un 220% en seis semanas a finales de 2022. Una subida de casi el 14.000% de las acciones de la proveedora de datos DCI Indonesia en los cinco meses posteriores a su debut a principios de 2021 situó a los propietarios mayoritarios, Otto Toto Sugiri y Marina Budiman, en la categoría de multimillonarios.

El presidente Widodo citó las oscilaciones extremas de las acciones de las empresas del magnate indio Gautam Adani cuando pidió más supervisión en un discurso ante el regulador financiero de Indonesia en febrero. En un caso que ha despertado el interés mundial, la empresa insignia de Adani se disparó más de un 3.300% entre marzo de 2020 y finales del año pasado, antes de perder la mitad de su valor a raíz de un informe de vendedores al descubierto (en corto) que alegaban manipulación del mercado y fraude contable.

La bolsa de Indonesia ya ha impuesto límites a la negociación intradía y el rechazo automático de determinadas ofertas y demandas si se alejan demasiado del precio de venta. Mientras tanto, la autoridad de servicios financieros utiliza herramientas de control, como la suspensión de operaciones, para frenar cualquier actividad inusual en el mercado, según el supervisor del mercado de capitales, Inarno Djajadi. Aun así, ni la bolsa ni el regulador han indicado cómo piensan filtrar e investigar las anomalías entre los más de 800 valores del país.

El fenómeno de las 'acciones fritas' ya se pudo apreciar con el espectacular colapso del gigante estatal de los seguros Asuransi Jiwasraya en 2020. La empresa necesitó un rescate gubernamental tras invertir en valores de riesgo, una violación de las directrices de gestión que provocó una enorme pérdida financiera de 2.000 millones de dólares. Una de las inversiones bursátiles de la firma era una empresa llamada Hanson International, cuyas acciones se dispararon más de un 1.700% durante los mínimos de la crisis financiera hasta 2016, antes de sufrir una serie de rápidas caídas.

A finales de 2020, un tribunal condenó a cadena perpetua al presidente de Hanson International, Benny Tjokrosaputro, por cargos relacionados con corrupción y blanqueo de dinero. Según un reportaje de la revista Tempo, la Agencia Suprema de Auditoría de Indonesia calificó a la empresa de 'acción frita', dando luz verde a los temores de los inversores ante una subida tan rápida de las acciones. La agencia no respondió a las múltiples peticiones de explicaciones. Hanson ya no opera.

La bolsa indonesia investigó en 2021 a DCI por posible manipulación de operaciones, pero no reveló los resultados de su investigación. El secretario corporativo de la firma dijo a Bloomberg en ese momento que no había indicios de violaciones por parte de la empresa. DCI cotiza a más de 200 veces la relación precio/beneficios, con una relación precio/valor contable basada en los últimos resultados trimestrales de más de 50 veces, desde un máximo de 153 durante 2021.

Cuando las acciones de Bayan Resources alcanzaron un máximo histórico a finales de diciembre, el accionista Low Tuck Kwong compró más acciones, según una declaración bursátil. Antes de la subida, el patrimonio neto de Kwong era de 5.000 millones de dólares, aproximadamente una quinta parte del actual. Bayan cotiza a una relación precio/beneficios de 16 veces, superior a la de todos sus competidores regionales. Su capital flotante se sitúa en el 2,5%, por debajo del umbral del 7,5% establecido por la bolsa.

Los desconcertantes movimientos de la cotización pesan sobre los analistas, que intentan evitar cubrir empresas que podrían adquirir notoriedad por no estar en sintonía con la realidad. "No podemos cubrir valores si no hay suficiente información y fundamentos que respalden nuestra investigación", alega Andrey Wijaya, jefe de investigación de RHB Sekuritas Indonesia, en relación con una serie de alocadas oscilaciones de las cotizaciones.

Petrindo Jaya Kreasi, dedicada a la extracción de carbón y oro, ganó casi un 370% en las siete primeras semanas tras su debut a principios de marzo. Fue una ganancia inesperada para su principal accionista, el magnate Prajogo Pangestu. Una semana después del debut de la empresa, la bolsa señaló una actividad inusual en la negociación de sus acciones. La empresa no cuenta con cobertura de analistas, según datos de Bloomberg, y su relación precio/valor contable basada en los últimos resultados trimestrales es de 6,6 veces, más del triple del índice de referencia JCI.

Lo que se juega Indonesia

La bolsa indonesia ha trabajado para aumentar la transparencia de sus mercados, incluida la creación de listas especiales para supervisar la actividad inusual. También habla activamente con las empresas sobre las oscilaciones significativas e intenta investigar las anomalías. Aun así, los avances parecen lentos y los resultados mínimos, según John Rachmat, asesor principal de Pinnacle Investment, con sede en Singapur. "Después de tantas décadas, sigue siendo un callejón sin salida", afirma sobre los esfuerzos de los reguladores para frenar la volatilidad.

Las alocadas oscilaciones del mercado adquirieron notoriedad en EEUU el año pasado, después de que una serie de estrenos de valores de 'microcapitalización' dieran paso a subidas vertiginosas. Entre ellas, el fabricante chino de prendas de vestir Addentax, que se disparó un 13.000% en su debut bursátil del año pasado, mientras que el grupo financiero de Hong Kong AMTD Digital subió un 32.000%. China y Hong Kong también se han caracterizado en ocasiones por la espectacular volatilidad de sus precios.

En los últimos tres años, alrededor del 14% de las acciones de Hong Kong han oscilado más de un 1.000%. Pero Indonesia, un mercado que sigue siendo una fracción del de China y EEUU y que intenta atraer a más inversores para impulsar su economía, tiene potencialmente más en juego. "La escasa liquidez puede ser a la vez una ventaja y una desventaja, y los inversores no quieren que les sorprendan con valores poco líquidos y de baja calidad", sentencia Goh, de abrdn.

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