Mayo ha sido un mes movido para la Reserva Federal estadounidense (Fed). El mes comenzó con una reunión del banco central americano en la que se sentaron las bases del final de la subida de tipos. La Fed declaró que había llegado el momento de tomar una pausa en el proceso de endurecimiento de su política monetaria, y los mercados compraron que no veríamos más aumentos en el precio del dinero en Estados Unidos este ciclo. Incluso, los inversores pasaron a descontar hasta tres recortes de tipos este mismo año.
Sin embargo, con el paso de los días volvió a ganar peso la posibilidad de una nueva subida de tipos por parte de la institución, en este caso en julio, ya que aún no se puede cantar victoria en la batalla contra la inflación.
Este es, a día de hoy, el escenario más probable para los mercados, y el cambio de paradigma frente a las expectativas de hace tres semanas ha pesado en el cruce del euro con el dólar estadounidense.
La divisa europea ha perdido un 2,6% en lo que va de mes, pasando de los 1,1019 dólares en los que comenzó mayo, hasta los 1,072 en los que se movía este jueves. El movimiento del cruce está muy relacionado con el cambio de enfoque de la Fed: las subidas de tipos suelen fortalecer la divisa del país que los incrementa, frente a otras monedas para las que no se esperan subidas de tipos en su región.
Aunque para el euro los mercados también descuentan aumentos de tipos en los próximos meses (dos subidas de 25 puntos básicos antes de terminar el año), que la Fed haya cambiado su mensaje en el curso de un mes ha afectado directamente al cruce.
De hecho, más que una debilidad del euro, parece que el dólar estadounidense es el gran responsable de la caída del cruce: el índice dólar, que recoge los seis cruces más negociados de la moneda, también está pasando por un buen mes, con un repunte del 2,3% desde el primer día de mayo.