
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha explicado en una conferencia de la Fed en Washington que la idea de la Fed pasaría por darse una pausa respecto a las subidas de tipos en junio. "Hemos recorrido un largo camino de endurecimiento en los tipos y hay mucha incertidumbre respecto a los efectos retardados de estas políticas". El presidente ha continuado afirmando que "habiendo llegado tan lejos, podemos darnos el lujo de mirar los datos y la perspectiva de su evolución para hacer evaluaciones cuidadosas".
A pesar de ello, Powell ha reiterado que no hay que cantar victoria. "La inflación aún está muy lejos de nuestro objetivo" y ha repetido el compromiso de devolver el IPC al objetivo del 2% anual. Una meta que, según su hoja de ruta, no se logrará en 2023 y habrá que llegar hasta bien entrado 2024.
Estas palabras llegan después de una cascada de declaraciones por parte de otros miembros de la Reserva Federal en las que insisten en la necesidad de un alza de tipos más este mes de junio y en una política más restrictiva. De hecho, la probabilidad que estima el mercado de una subida para la próxima reunión se ha disparado ya hasta el 40%, situando los tipos en el entorno del 5,25%.
Por otra parte, el presidente de la Fed ha resaltado que las medidas para frenar la sangría en el sector bancario "están contribuyendo a condiciones crediticias más estrictas que pesan sobre el crecimiento económico, el empleo y la inflación". En ese sentido, Powell asevera que "como resultado es posible que nuestros tipos de interés no necesiten aumentar tanto como lo harían de otra manera para lograr los objetivos".
En cualquier caso, ha defendido la solidez del sistema bancario a pesar de la quiebra de las tres entidades regionales, Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank. Además, ha defendido las medidas tomadas por la institución en ese momento entre las cuales destaca la mayor inyección de liquidez de la historia con más de 165.000 millones de dólares.
El banco central de EEUU ha aumentado los tipos de interés 5 puntos porcentuales en poco más de un año, emprendiendo su campaña de ajuste más agresiva en décadas para sofocar la alta inflación, que actualmente se sitúa en el 4,9%, aún lejos del objetivo del 2%.