
Las empresas europeas no son las únicas que tienen que hacer frente a la presentación de resultados del año pasado. El Banco Central Europeo (BCE) también tiene que rendir cuentas, y lo hará este jueves, un día en el que presentará sus primeras pérdidas operativas desde el año 2004, cuando el organismo tuvo unos resultados negativos que superaron los 1.500 millones de euros durante el ejercicio. "Los resultados van a ser negativos para muchos bancos centrales en este 2022", ha reconocido Mario Centeno, gobernador del Banco de Portugal.
La tendencia de los resultados del BCE en los últimos años reflejan que las pérdidas de 2022 son inevitables. En 2019 el organismo tuvo un resultado positivo de 2.366 millones de euros, el más elevado de la historia, y desde entonces este se ha deteriorado enormemente. En 2020 los beneficios fueron del entorno de los 1.600 millones, y en 2021 se quedaron en 192 millones de euros y, según publicó el BCE en su momento, "la disminución de los beneficios obedeció en su mayor parte a los menores ingresos procedentes de la cartera en dólares y de los valores mantenidos con fines de política monetaria, así como al traspaso a la provisión para riesgos financieros".
¿Por qué pierde dinero?
En el caso del BCE, las pérdidas son, en parte, resultado del deterioro en la valoración de su balance de activos. Durante los años en los que compró deuda de forma masiva para intentar que la inflación repuntarse, el balance llegó a superar los 8,8 billones de euros, un tamaño gigantesco que después de las caídas que se produjeron el año pasado en renta fija contribuyen a generar un resultado negativo para el BCE.
A eso hay que sumar el incremento que se ha producido en el tipo de facilidad de depósito que marca la institución, el porcentaje que paga el BCE a los bancos por el dinero que depositan en su ventanilla. Según Daniel Gros, miembro del Consejo del think tank Centro de Estudios Políticos Europeos, el interés medio de la cartera de deuda del BCE es del 0,5% en este momento, muy por debajo del 2,5% al que se ha incrementado la facilidad de depósito en la zona euro.
"Como cualquier sociedad mercantil, el BCE tiene que reflejar ingresos y gastos de caja, que es la parte que afecta al diferencial entre su cartera de deuda y la facilidad de depósito, pero a eso hay que añadirle los ajustes de valor del balance, que se tienen que incluir en la cuenta de resultados", explica Javier Santacruz, economista y profesor.
El escenario de pérdidas del BCE no esconde una situación grave, a día de hoy. Se trata de una contingencia que ya se podía esperar, y el organismo tiene un colchón de 8.200 millones de euros, su límite máximo, preparado para hacer frente a esta situación. Si, como se espera, se confirman las pérdidas para este año, no incrementará las provisiones en esta ocasión, y tendrá que hacer frente a los resultados del año que viene con un colchón menos holgado.