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Molinos de viento en el mar, un refugio desconocido para cultivar corales

Orsted, la firma danesa y líder mundial en eólica offshore ensaya una técnica pionera para restaurar arrecifes en las cimentaciones de los aerogeneradores

Penghu, el estratégico archipiélago en el estrecho que separa Taiwán de China es, además de uno de los puntos geopolíticos más calientes del planeta por la tensión entre ambos países, el laboratorio en el que Orsted y sus socios del Centro de Investigación de Biología Marina están poniendo a prueba si los cimientos de las turbinas de los aerogeneradores instalados en alta mar pueden ser un refugio donde los corales puedan prosperar.

¿Cómo? El proyecto ReCoral by Orsted arrancó en 2021 recogiendo en las costas de Penghu excedentes de desove de coral autóctono con el objetivo de incubarlo en un laboratorio hasta que se conviertan en larvas de coral viables. Una vez logrado esto, el siguiente paso es llevarlas a los cimientos de las turbinas eólicas de los parques de Greater Changhua, a 35-60 km de la costa, y ayudarles a asentarse allí.

De tener éxito, este podría ser el comienzo de un enfoque completamente nuevo de la restauración de estos animales marinos. Y es que la diferencia de la técnica que prueba Orsted frente a la jardinería de coral (que utiliza fragmentos de coral para reponer los lugares deteriorados de arrecife) u otras más invasivas (cortar secciones de un arrecife sano para plantarlas en otro lugar con el riesgo de dañar al primero) es que los corales maduros que prosperen en los cimientos de las turbinas liberarán sus propias larvas, que a su vez, pueden ser transportadas por las corrientes para asentarse de forma natural en otros lugares del mundo.

"Esto podría impulsar la conectividad genética y contribuir a la restauración de los arrecifes de coral existentes. Las larvas generadas en los parques eólicos marinos también podrían capturarse, transportarse y liberarse en arrecifes naturales. En cualquiera de los dos casos, la restauración de los arrecifes naturales contribuiría a mantener poblaciones sanas de peces y otras especies de arrecifes", explican desde la web de ReCoral.

Y este no es el único proyecto de Orsted encaminado a mejorar la biodiversidad en el entorno de su actividad. La firma ha creado arrecifes de cantos rodados en el parque eólico marino de Anholt (Dinamarca), instalando arrecifes de bacalao en los parques eólicos marinos de Borssele 1 y 2 (Países Bajos) y colaborado con WWF Dinamarca para apoyar la biodiversidad marina y la población de bacalao en el estrecho de Kattegat, recordó Virginia Dundas, responsable de programas estratégicos de medio ambiente de Orsted en una entrevista reciente a elEconomista.es.

Huella de carbono en alta mar

Nadie duda de las ventajas de la eólica marina como una fuente de energía ilimitada, limpia y crucial para alcanzar los objetivos climáticos en 2050. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), la capacidad de instalación anual de este tipo de energía podría superar en 2030 a la eólica en tierra, y se estima que suministrará el 14% de la demanda de electricidad en la UE.

Pero la huella que esta tecnología deja en los ecosistemas marinos donde está presente es innegable. Los científicos del centro de investigación alemán Helmholtz-Zentrum Hereon publicaron el pasado mes de diciembre en la revista Communications Earth & Environment sus conclusiones sobre su estudio relativo al Mar del Norte: los parques eólicos a gran escala pueden influir fuertemente en la producción primaria marina, así como en los niveles de oxígeno dentro y fuera de las áreas de los parques eólicos.

Consciente del reto que supone para Orsted mitigar este impacto, la compañía nórdica anunció hace dos semanas un nuevo programa conjunto con Carbon Trust y diez promotores de energía eólica marina con pesos pesados de la industria como Vattenfall, RWE, SSE, Shell, TotalEnergies, BP, ENBW, Fred, Olsen Seawind, ParkWind y ScottishPower Renewable.

El objetivo de este plan es desarrollar una metodología común para medir las emisiones del ciclo de vida de los parques eólicos marinos, con el fin de convertir este procedimiento en una norma en el sector. En una nota de prensa difundida hace dos semanas, la compañía destaca que el cálculo de las emisiones del ciclo de vida está empezando a integrarse progresivamente en las licitaciones en alta mar en algunos mercados.

Y como ejemplo, señala que ya forma parte del plan de la cadena de suministro en Reino Unido, NY02/03, NO y como parte de los debates en curso en el proceso político en Dinamarca.

"Para cumplir estos requisitos, podemos utilizar nuestro propio modelo de evaluación del ciclo de vida. Sin embargo, las empresas de la industria eólica marina actual utilizan diferentes metodologías para calcular las emisiones del ciclo de vida, lo que dificulta a clientes e inversores la comprensión y comparación de la huella de carbono de los distintos parques eólicos marinos", detalla la nota.

Esta nueva norma puede tener un impacto a largo plazo en los criterios no relacionados con el precio de los requisitos de licitación; además, puede ayudar a incentivar las inversiones en soluciones con bajas emisiones de carbono en la cadena de suministro.

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