Bolsa, mercados y cotizaciones

Japón reina en el sector automovilístico

La publicación de las cuentas anuales de las compañías automovilísticas más grandes del planeta ha vuelto a sacar a la luz las grandes paradojas a las que se enfrenta un sector que sigue en el centro de todas las miradas ante la continua amenaza de interrupción de la cadena de suministro, la evolución de la implantación del coche eléctrico y la regulación a nivel mundial.

Una de las contradicciones más recurrentes es el hecho de que la empresa más grande de este ámbito, Tesla, no sea capaz de meterse entre los diez fabricantes de coches que más unidades vende. Y es que, pese a que la disputa por el cetro de compañía más capitalizada del sector hace ya meses que quedó resuelta por el crecimiento inapelable de la firma de Elon Musk en el parqué -tras su rally del 65% desde los mínimos de enero la norteamericana saca más de 300.000 millones de dólares en capitalización a su siguiente competidor, Toyota-, sus ventas no alcanzan ni de lejos las de sus más directos competidores.

El contexto para el sector es favorable, al haberse resuelto la escasez de componentes que había perjudicado la producción de coches nuevos en los últimos meses, que había provocado que las empresas de alquiler tuvieran menos vehículos para descargar en el mercado de segunda mano desencadenando así el enorme aumento de los precios de los automóviles en uso. "Ahora podemos decir que este efecto ya se ha amortiguado", asegura Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers, algo que beneficiaría el aumento de ventas pronosticado por los grandes grupos de cara a los años venideros.

Por eso, es prioritario poner el foco en la firma que ostenta una mejor recomendación para el consenso de mercado entre los grandes fabricantes de coches, la que tiene más potencial o cotiza más barata. En ese sentido, los analistas se decantan por la empresa que más unidades vendió en 2022, la japonesa Toyota. Esta es la que recibe un consejo de compra más contundente para el consenso de mercado que recoge FactSet.

La firma nipona lidera, de hecho, a varias de sus compatriotas, que se meten en la lista de firmas preferidas para las compañías de inversión como son Suzuki y Honda. Todas ellas tienen un multiplicador de beneficios por debajo de las 10 veces y un potencial alcista de cara a los siguientes doce meses que ronda el 15% en el caso de Toyota y que supera el 20% para sus dos conciudadanas según los expertos .

La debilidad del yen durante buena parte de 2022 ha dado a los fabricantes de automóviles japoneses una ventaja al convertir sus beneficios internacionales a su moneda nacional, algo que los analistas han valorado positivamente, otorgándoles un mejor consejo que al resto de grandes marcas mundiales

En este sentido, los expertos apuntan también a la renovada apuesta de Toyota por los vehículos totalmente eléctricos para acallar las críticas de los inversores más preocupados por el medio ambiente, que afeaban la lentitud de la firma a la hora de electrificar por completo sus modelos, cuando años atrás era una de las favoritas de este tipo de inversores gracias a sus coches híbridos.

En Europa son Stellantis y Mercedes las que más gustan a los expertos. Entre otras cosas por la elevada rentabilidad por dividendo que ofrecen a sus accionistas, que es la más alta del sector. La alemana remunerará a sus inversores con un 7% en 2023 y en 2024, mientras que la italiana lo hará con un 6% este año y casi un 9% el ejercicio que viene. También destaca el recorrido que los expertos ven a Volkswagen de cara a los siguientes doce meses, que supera el 40%.

El caso particular de Tesla

La controversia a la hora de incluir a la firma estadounidense entre las automovilísticas tradicionales cada vez es mayor. No sólo por su cifra de ventas tan dispar respecto a la de las compañías más longevas de este ámbito, sino por muchos otros parámetros que no se ajustan a los de sus competidores.

Un ejemplo claro es su ratio de PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción), que se mantiene aún sin normalizar y roza las 40 veces, cuando la media de las grandes del sector sin ella no alcanza las 7 veces.

Y es que, mientras los expertos aún esperan que su beneficio crezca un 40% de cara a 2024 según los cálculos de la media de firmas de analistas que la siguen, hasta superar los 20.000 millones de dólares, el potencial alcista que le dan de cara a los siguientes doce meses apenas supera el 11%.

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