Bolsa, mercados y cotizaciones

El 'private equity' se encuentra bajo sospecha

  • Endeudar a las compañías y llevarse un dividendo es su hoja de ruta
Madridicon-related

Albertsons es la segunda mayor cadena de supermercados de alimentación en Estados Unidos por número de tiendas. La compañía cuenta con más de 2.200 establecimientos, dando empleo a cerca de 300.000 personas. Sus ventas superan los 75.000 millones de dólares. En octubre de este año recibió una oferta de compra por parte de Kroger, la mayor cadena del país, por un importe cercano a los 25.000 millones. La unión de ambas compañías va a generar el grupo dominante en el sector de la alimentación en EEUU con mas de 5.000 tiendas.

La operación de concentración empresarial debería ser una más de las que se producen continuamente. Sin embargo, la creación de grupos super dominadores del mercado en cualquier actividad empresarial, está encontrando la creciente oposición del poder político y un mayor escrutinio por las autoridades antimonopolio. La unión de ambas compañías les llevaría dominar más del 70% del mercado Albertsons anunció a mitad de año que se encontraba inmersa en el estudio de alternativas estratégicas para la compañía, con la idea de fortalecer el balance y desarrollar su negocio. Fruto de este análisis, la compañía ha anunciado en octubre un mega dividendo de 4000 millones de dólares, pagadero en la primera semana de noviembre. En términos de dividendo por acción supone 8,65 dólares, multiplicando por 72 veces el dividendo habitual de la compañía.

Este hecho ha llamado la atención de las autoridades y en movimiento inhabitual, el fiscal del Estado de Washington pidió en los tribunales que no se permitiera dicho pago hasta que se estudiase la mencionada fusión.

El fiscal, al que luego se le han unido los de California e Illinois, argumenta que dicho dividendo debilitaría significativamente a la compañía, disminuyendo su capacidad de competir y de invertir, poniendo en riesgo los empleos. El juez bloqueó inicialmente dicho pago, lo que ha dado lugar a toda una batalla legal por parte de la empresa. Albertsons, en sus comunicados a la autoridad bursátil, ha protestado enérgicamente, negando las afirmaciones del fiscal y defendiendo que el acuerdo fue tomado por unanimidad por el consejo de administración de la compañía, que además cotiza en bolsa.

La controversia sobre dicho pago está alimentada por el hecho de que el principal accionista de Albertina es Cerberus, un fondo de capital riesgo con más de 60.000 millones de dólares en gestión.

Cerberus, que compro la compañía en 2006, la sacó a cotizar en 2020 pero sigue siendo su accionista de referencia. En los dos últimos años la compañía ha tenido un fuerte crecimiento de ventas y resultados, por lo que parece un buen momento para seguir desinvirtiendo de la compañía, llevándose previamente la máxima caja posible vía dividendos.

La compañía cuenta con una deuda bancaria bruta de 7.000 millones y una caja de más de 3000 millones que desaparecía con el pago de dicho dividendo. Al igual que todas las compañías de distribución, que cobran de sus clientes al contado y pagan a plazos a sus proveedores, la compañía tiene deuda con proveedores por otros 4.000 millones. Su doble endeudamiento, bancario y operativo, se situaría cerca de los 11.000 millones de dólares, frente resultado de explotación de 4.000 millones, lo que le deja muy endeble ante cualquier crisis.

Endeudar las compañías para llevarse un mega dividendo con el que recuperar la inversión y obtener una elevada rentabilidad está en el libro de ruta de todos los private equity. Son las llamadas operaciones de recapitalización por dividendo.

Las mejoras operativas y el férreo control de costes implantados por los private equity permite en muchas ocasiones aumentar los flujos de caja con los que pagar dichas deudas llevadas al límite. En esos años de pago de deuda, lo normal es que el fondo de capital riesgo ya no esté presente en el accionariado de la compañía, sino buscando otras oportunidades donde repetir el esquema. La controversia está servida en un momento de mayor escrutinio por parte de los gobiernos de este tipo de operaciones. Se estima por Bloomberg que los fondos de capital riesgo en 2021 endeudaron en más de 80.000 millones a las empresas para poderse pagar dividendos.

El caso de Cerberus es especialmente sensible dado que el fondo era el principal accionista de la compañía automovilística Chrysler, que tuvo que ser rescatada por el gobierno americano. Lo relevante del caso Albertsons es plantearse si se está desarrollando lo que podríamos llamar un nuevo feudalismo, en el que las autoridades pueden permitirse el intervenir de forma directa en decisiones empresariales tomadas por los accionistas de compañías privadas. Veremos lo que decide el juez: feudalismo o libertad.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky