Bolsa, mercados y cotizaciones

La asignatura de la vida que no se enseña en colegios

Foto: Alamy
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Hace años decidí que en lugar de hacer de Papá Noel o de Rey Mago era mejor que a mis sobrinos les invirtiera el dinero del regalo en fondos de inversión. La decisión ha servido para exacerbar aún más mis rarezas entre los mayores de la familia y, sobre todo, defraudar las expectativas de los pequeños que estoy convencido habrían preferido juguetes, consolas o, ahora que empiezan a tener sus primeras nociones de lo que quieren, dinero para sus cosas.

La idea por la que comencé a poner esta penitencia a mis sobrinos es porque a mí me gusta decir que invertir es tatuarse un 7% anualizado para duplicar nuestro ahorro cada década como consecuencia de lo que Albert Einstein calificó como la fuerza más poderosa del mundo: el interés compuesto. Lograr el 7% por su ahorro es la enseñanza que me gustaría inculcarles y que lo recuerden como esas frases que luego se les quedarán metidas en la cabeza al estilo de vive cada día como si fuese el último; cáete siete veces, levántate ocho; o hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.

Mi intención es que entiendan que el ahorro es una de las mayores motivaciones de la vida para conseguir objetivos o reducir las preocupaciones. Si comprenden la frase de Einstein podrán llegar a hacer cálculos como el que me gusta para explicar la fuerza del interés compuesto si alguien nos regalase mil euros el día de nuestro nacimiento. ¿Saben la cantidad que obtendríamos si rescatásemos esa cantidad a los 80 años para cubrir nuestras últimas necesidades? Más de un cuarto de millón.

Si lo entienden, ya pueden empezar a plantear escenarios con la ayuda de un excel. Estoy seguro que ya han resuelto problemas, que no sé si les van a aparecer en la vida, de dos coches que salen de Madrid a Valencia a velocidades distintas para calcular en que punto se encontrarán. Pero algún día se encontrarán ante la decisión de en qué invertir.

Hasta ahora en qué invertir lo decide el tío Joaquín, que lógicamente les ha hecho partícipes de Tressis Cartera Eco30, el fondo que asesoramos en elEconomista.es, pero este año quiero dar un paso mayor. Les voy a pedir a los mayores (Guillermo acaba de cumplir 16 años y María 14) que coparticipen en la decisión de qué hacer para conseguir ese 7% anualizado y, sobre todo y muy importante, que tendrán que imponerse a esa ladrona invisible de los que han ahorrado que es la inflación. De paso aprovecharé para hablarles de Margaret Thatcher (la frase es suya) y que aguanten mis historias mientras me llaman pesado. Me conformo con que entiendan que hay que periodificar las aportaciones, que sigan lo que han decidido, incluso que comentan errores que sean su aprendizaje. Llevo 30 años aprendiendo de los mercados y nunca dejo de hacerlo. ¡Ojalá lo hubiese estudiado en el colegio!, porque es una asignatura de la vida.

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