
El año que queda atrás tampoco ha sido favorable para las empresas de la bolsa de pequeña capitalización. Su precio se ha desplomado alrededor de un 20%, según el índice de bolsa mundial de MSCI, en el que ha convertido en su peor ejercicio desde la quiebra de Lehman Brothers, en 2008, aunque por entonces cayeron el doble. En un entorno de rechazo al riesgo, como el que se ha impuesto este año, los inversores tienden a alejarse de esta clase de activos, que a menudo se perciben con mayor riesgo. Sin embargo, las previsiones de las gestoras coinciden en que hay razones de sobra para pensar en su renacer en un horizonte de medio plazo.
Esa aversión hacia las pequeñas cotizadas se ha observado también en los propios flujos de dinero hacia los fondos de inversión que invierten en ellas. "Desde comienzos de año, las salidas de capitales de los fondos de small caps han representado de media un 15% de los activos gestionados, y casi un 5% en los fondos de valores de gran capitalización", ilustra Stéphanie Bobtcheff, gestora de valores de pequeña y mediana capitalización de La Financière de l'Echiquier (LDFE), que sigue convencida "del potencial de los valores europeos de pequeña capitalización durante los próximos meses", afirmación que justifica con varias razones. Una es que su PER se sitúa claramente por debajo de la mediana histórica de los últimos siete años, mientras que las estimaciones de crecimiento de los beneficios son superiores a las de los valores de gran capitalización. La otra es que una pausa en la subida de los tipos a largo plazo "debería favorecer el retorno a los activos de duración larga".
Pese a que no ha sido un buen año para las small caps (ni para casi ningún activo), en el medio y largo plazo las cotizadas de pequeña capitalización han tendido a ser más rentables que las grandes. Solo en los tres últimos años han acumulado una subida del 53%.
Algunos de los motivos por los que se cumple esta máxima es que son menos analizadas por el mercado, es decir, están menos cubiertas por los analistas, y su tamaño les confiere mayor potencial para crecer y expandirse. Asimismo, a pesar de ser más volátiles, "desde una perspectiva del rendimiento ajustado al riesgo, las small caps son más atractivas, ya que son menos sensibles al ciclo y pueden ejecutar su estrategia industrial sin depender de factores exógenos sobre los cuales no se tiene ningún control", explican en Lonvia Capital, donde creen que podemos estar a las puertas de una ventana de oportunidad única para invertir en este tipo de cotizadas europeas para los inversores que cuenten con un horizonte temporal de entre 3 y 5 años. Además, otra fortaleza de este tipo de compañías es que suelen encontrarse en sectores nicho, con barreras de entrada muy altas, donde, en muchos casos, la competencia no existe.
Los gestores también dan opciones a las small caps americanas. Como sucede con las europeas, su valoración es atractiva. "Las empresas más pequeñas no han estado tan baratas en relación con las más grandes desde la burbuja de las tecnológicas que tuvo lugar entre 1999 y 2001. En los siete años posteriores al pico que registró el mercado en marzo de 2000, las firmas de pequeña capitalización subieron más de un 70%, mientras que las grandes lo hicieron menos de un 10%. La última vez que las valoraciones relativas estuvieron tan baratas y el sentimiento en niveles tan bajos, vino acompañado de un período sin igual de rentabilidades positivas (absolutas y relativas) para la renta variable de pequeña y mediana capitalización", indica Bob Kaynor, responsable de renta variable de pequeña y mediana capitalización de EEUU de Schroders.
El experto explica que su valoración no es lo único que explica las perspectivas favorables. El peso del gasto de los consumidores americanos está virando de bienes a servicios, y los beneficios de las empresas más pequeñas están muchos más vinculados a los servicios, "y eso debería dar más fuerza a un crecimiento favorable de las ganancias relativas", explica Kaynor. Otra tendencia a su favor es el incremento del gasto de capital en Estados Unidos, y "el crecimiento de las ventas de empresas pequeñas está altamente correlacionado" con esto.
Un único fondo en positivo
Quien haya invertido en small caps a través de fondos se habrá encontrado con pérdidas similares a las de los índices, superiores al 20%. Pero hay uno, de los que invierten en pequeñas cotizadas europeas, que aguanta en positivo. Se trata de Alken Small Cap Europe A, con 140 millones bajo gestión, que sube un 6,6%.