
Un mal año en las bolsas ha puesto fin a dos décadas de optimismo y ha convertido a los estrategas de Wall Street en bajistas. El pronóstico promedio de los analistas que recopila Bloomberg prevé una caída en el S&P 500 para el próximo año, la primera vez que la media de las predicciones del mercado ha sido negativa desde 1999. La mayoría de ellos han ido aumentando progresivamente su pesimismo según avanzaba un año marcado por los 'shocks' económicos.
Los estrategas suelen decir que no tienen una bola de cristal, y la amplitud de las predicciones que ofrecen 17 empresas lo demuestra. Según el analista que se mire, el S&P 500 hará de todo en 2023, desde un aumento del 10% hasta una caída del 17%, en lo que supone el margen de error más grande desde 2009. Detrás de todas estas dudas está la incertidumbre sobre qué hará la Reserva Federal para atajar la inflación y el sobrecalentamiento del mercado laboral, y si la recesión que se prevé para EEUU será más o menos intensa.
"Hay una brecha económica, y eso es lo que está causando una división entre los pronosticadores del mercado", dijo Rich Weiss, director de inversiones de estrategias de activos múltiples de American Century Investments. "Que el mercado de valores caiga dos años seguidos no sucede muy a menudo. Eso supondría que esta recesión realmente va a ser mala y que el mercado continúa a la baja o sin cambios durante más tiempo".
En casi un siglo de datos históricos, una racha de dos años consecutivos de pérdidas o más solo ha ocurrido en cuatro ocasiones, y el último episodio se produjo durante el estallido de la burbuja de las 'puntocom'. Y la proyección promedio para el S&P 500, de 4.009 puntos, prevé una caída de más del 1% para finales de 2023 respecto al cierre de este jueves.
Con diciembre ya en marcha, 2022 sigue siendo uno de los años más duros para los inversores de la última década. Los compradores de 'ofertas' se vieron atraídos por rebotes violentos, solo para ver cómo las acciones sufrían nuevas caídas poco después. Fuera de las materias primas, casi todos los principales activos financieros perdieron dinero. Incluso las operaciones que antes servían como cobertura durante las caídas del mercado, como la compra de opciones de venta en el S&P 500, fracasaron.
La mayoría de los inversores y estrategas no vieron venir este año, en parte porque la Fed insistió en un principio en que la inflación era transitoria y luego tuvo que acelerar el endurecimiento monetario para combatir un aumento de precios.
El S&P 500 se hundió en un mercado bajista, cayendo hasta un 25% desde su máximo de enero. Incluso después de que repuntara un 14% desde su mínimo de octubre, el índice sigue estando más de 300 puntos por debajo de la proyección más pesimista que hicieron los estrategas hace 12 meses.
División de opiniones
Sin embargo, cuándo tocará fondo es otro debate. Binky Chadha, analista de Deutsche Bank, cuya estimación para el S&P 500 de 4.500 puntos es la más alta de todos, espera que las acciones registren sus mínimos durante el tercer trimestre, cuando comience la esperada recesión de EEUU. El índice, dice, caerá a 3.250 puntos, antes de protagonizar un poderoso repunte para terminar el año al alza.
Mike Wilson, de Morgan Stanley, está de acuerdo en que el mercado bajista no ha terminado, aunque él apunta a un suelo en el rango de 3.000 a 3.300 puntos durante el primer trimestre, cuando la Fed detenga las subidas de tipos, y cree que el S&P 500 terminará el año en los 3.900. Si bien su equipo no advierte sobre una recesión total, esperan que una mezcla del aumento de los costes laborales y el debilitamiento del poder de fijación de precios de las empresas provoque una ola de rebajas de beneficios que pesarán sobre los precios de las acciones.
"Vemos ese escenario como un lío económico, y uno que sigue siendo negativo para los márgenes/ganancias y, por lo tanto, para los mercados de valores", escribió Wilson, considerado como el mejor estratega de cartera en la encuesta de inversores institucionales de este año, en una nota el mes pasado.
La división de opiniones obliga a los inversores a considerar un amplio abanico de posibles escenarios
Las predicciones tan dispares son de poca ayuda para los gestores de dinero que han elevado las tenencias de efectivo a máximos de una década, mientras esperan que las inversiones vuelvan a funcionar.
Si bien los puntos de vista tan diferentes son desconcertantes, Aneet Chachra, administradora de fondos de Janus Henderson Investors, dice que eso no es necesariamente algo malo porque obliga a los inversores a considerar un amplio abanico de posibles escenarios, lo que deja al mercado menos vulnerable a las sorpresas.
"Cuando la volatilidad es alta, el mercado ya está valorando que pueden ocurrir cosas muy distintas a lo largo del año, por lo que se vuelve más difícil que lo que finalmente pase esté fuera de toda expectativa y provoque una verdadera conmoción en el mercado", dijo. Aún así, agregó, "no envidio la tarea de hacer estos pronósticos".