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El BCE asegura que el bitcoin está condenado a caer en la irrelevancia: "Su estabilización es un último suspiro"

  • "No genera flujos de caja, ni dividendos, ni se puede utilizar de forma productiva"
  • "El sistema bitcoin es un contaminador sin precedentes en la historia"
  • "Además, el bitcoin produce montañas de deshecho de hardware"
El bitcoin se derrite, foto de iStock

Las criptomonedas llevan meses cayendo, junto al resto de activos de riesgo, producto de una política monetaria mucho más estricta, que está reduciendo las expectativas futuras de crecimiento y beneficios. No obstante, los criptoactivos se están enfrentando a un agravante: la pérdida de confianza de muchos inversores que han abandonado el barco ante algunos escándalos y bancarrotas dentro del sector. El Banco Central Europeo ha podido dar la puntilla a estos activos, asegurando este miércoles que el bitcoin, la criptodivisa más grande del mundo, se dirige a la "irrelevancia".

El BCE ha destacado en los últimos años por su claro posicionamiento frente a las criptomonedas. El instituto monetario no ha dudado nunca en remarcar los riesgos de estos activos e incluso en tildarlos de simples burbujas sin valor o de acusar al mercado de criptomonedas de ser una especie de Salvaje Oeste. Pero la crítica más dura ha llegado este miércoles en una nota publicada en el blog del banco central. 

La burbuja de las criptomonedas

El precio del bitcoin alcanzó su nivel máximo por encima de los 69.000 dólares en noviembre de 2021. El bitcoin y sus pares fueron uno de los activos más beneficiados desde que en 2020 los bancos centrales redoblasen los estímulos y rebajasen aún más los tipos de interés para combatir el impacto de la pandemia. Una política monetaria ultra-laxa, junto a una política fiscal también muy expansiva, inundaron el mercado de liquidez barata que ha servido para impulsar el precio de los activos de riesgo (también por ejemplo el precio de la vivienda).

Sin embargo, el endurecimiento de la política monetaria, las quiebras de algunos exchanges y algún que otro escándalo han llevado que el bitcoin se derrumbe hasta la zona de los 17.000 dólares a mediados de junio de 2022, más de un 75% desde los máximos de 2021. Desde entonces, el valor ha fluctuado en la zona de los 20.000 dólares por unidad.

"Para los defensores de bitcoin, la aparente estabilización indica un respiro en el camino hacia nuevas alturas. Sin embargo, lo más probable es que sea un último suspiro inducido artificialmente antes del camino hacia la irrelevancia, y esto ya era previsible antes de que FTX quebrara y enviara el precio de bitcoin muy por debajo de los 16.000 dólares", aseguran Ulrich Bindseil, director general de estructuras de pago, y Jürgen Schaaf, asesor senior del departamento de estructuras de pagos del BCE.

Estos expertos comentan en el blog del banco central que "el bitcoin fue creado para superar el sistema monetario y financiero existente. En 2008, el seudónimo Satoshi Nakamoto publicó el concepto. Desde entonces, el bitcoin se ha comercializado como una moneda digital descentralizada global. Sin embargo, el diseño conceptual y las deficiencias tecnológicas del bitcoin lo hacen cuestionable como medio de pago: las transacciones reales son engorrosas, lentas y costosa". Además, estos expertos apuntan a donde más duele: "Nunca se ha utilizado de manera significativa para transacciones legales del mundo real".

Las criptomonedas siempre han estado bajo sospecha para muchos organismos públicos y reguladores. Se cree que su uso en mercados poco transparentes o para compra-venta de bienes y servicios ilegales ha sido intensivo y ha ayudado a desarrollar estos mercados, dotándolos de mayor anonimato ante la dificultad para rastrear estos activos digitales

La expectación generada en torno al bitcoin ha sido mucha, algo que ha quedado reflejado en los elevados precios que logró alcanzar y el incremento de las transacciones y capitalización del propio mercado 'cripto'. Todo ello, pese a que "no genera flujo de caja (como los bienes inmuebles) ni dividendos (como las acciones), no puede utilizarse productivamente (como las materias primas) ni proporciona beneficios sociales (como el oro). Por lo tanto, la valoración de mercado del bitcoin se basa únicamente en la especulación".

"Las burbujas especulativas se basan en el flujo de dinero nuevo. El bitcoin también se ha beneficiado repetidamente de las oleadas de nuevos inversores. Las manipulaciones de las plataformas de intercambio o proveedores de monedas estables, etc. durante las primeras oleadas están bien documentadas, pero no tanto los factores estabilizadores después del supuesto estallido de la burbuja en primavera", aseguran estos expertos.

Los expertos del BCE advierten de que los grandes inversores en bitcoin (las ballenas y otras instituciones) tienen los incentivos más fuertes para mantener la euforia muy viva. A finales de 2020 fueron algunas empresas financieras "aisladas" las que comenzaron a promocionar el bitcoin. También alunas firmas de capital de riesgo comenzaron a invertir con fuerza y siguen haciéndolo, aseguran estos expertos del BCE. "A pesar del 'criptoinvierno', las inversiones del capital de riesgo en la industria de las criptomonedas y la cadena de bloques sumaban 17.900 millones de dólares a mediados de julio".

Más regulación para las criptomonedas

La nota del BCE asegura que los riesgos de los criptoactivos son indiscutibles y es algo que se comenta habitualmente entre los reguladores de buena parte del mundo. En julio, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) pidió que los criptoactivos y los mercados estén sujetos a una regulación y supervisión efectiva acorde con los riesgos que plantean, junto con la doctrina de 'mismo riesgo, misma regulación'. El BCE cree que hay un mensaje que recorre la sociedad y que podría ser un mensaje con un fondo equivocado: "De forma persistente se impone la creencia de que hay que dar espacio a la innovación a toda costa".

"Sin embargo, la legislación sobre criptoactivos a veces ha tardado en ratificarse en los últimos años, y la implementación a menudo se retrasa. Además, las distintas jurisdicciones no avanzan al mismo ritmo y con la misma ambición. Aunque la UE acordó un paquete regulatorio integral con el Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MICA), el Congreso y las autoridades federales de EEUU aún no han podido acordar reglas coherentes", sostiene el blog del BCE.

Además, estos expertos creen que a veces se exagera la capacidad de disrupción/impacto de nuevas tecnologías que en un principio parecen haber llegado para cambiar el mundo y que finalmente no cambian nada: "Dado que el bitcoin se basa en una nueva tecnología, DLT / Blockchain, parece que debería un alto potencial de transformación. En primer lugar, estas tecnologías, hasta ahora, han creado un valor limitado para la sociedad, sin importar cuán grandes sean las expectativas para el futuro. En segundo lugar, el uso de una tecnología prometedora no es condición suficiente para el valor añadido de un producto basado en ella", aseguran Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf.

La supuesta sanción de la regulación también ha tentado a la industria financiera convencional a facilitar a los clientes el acceso a bitcoin. Esto afecta a los administradores de activos y los proveedores de servicios de pago, así como a las aseguradoras y los bancos. La entrada de las instituciones financieras sugiere a los pequeños inversores que las inversiones en Bitcoin son sólidas.

Por último, estos expertos han vuelto a destacar el impacto sobre el medio ambiente que todavía tienen las criptomonedas. Este es uno de los obstáculos a los que se alude de forma constante cuando se intenta argumentar que los criptoactivos aún tienen mucho camino por delante para convertirse en un medio de pago o, simplemente, llegar a ser un activo más atractivo.

"El sistema bitcoin es un contaminador sin precedentes. En primer lugar, consume energía a escala de economías enteras. Se estima que la minería de bitcoin consume electricidad por año comparable a Austria. En segundo lugar, produce montañas de desechos de hardware. Una transacción de bitcoin consume hardware comparable al hardware de dos teléfonos inteligentes. Todo el sistema bitcoin genera tantos desechos electrónicos como los Países Bajos entero", sentencian los economistas del BCE.

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