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La estrategia 60/40 ha vuelto: los analistas esperan el resurgir de este clásico de la inversión

  • Son los mejores puntos de entrada desde 2010 para inversores a largo plazo
Foto: Alamy

La estrategia de inversión a largo plazo por excelencia no atraviesa por su mejor momento. Dedicar el 60% del capital invertido a renta variable y el 40% a renta fija (la estrategia 60/40) está padeciendo este año del mal desempeño en ambos frentes. La premisa original para asegurar la rentabilidad a largo plazo con este método de inversión es que la renta fija y la variable tienden a correlacionarse de forma negativa, de forma que una sube cuando la otra cae, y viceversa. Pero 2022 está siendo un año atípico para los mercados, a pesar de lo cual algunas casas de inversión no pierden la fe.

"Esta no es la primera vez que el 60/40 y los mercados en general han afrontado dificultades, y no será la última", señala el economista jefe de Vanguard, Roger Aliaga-Diaz. En un informe publicado esta semana, el analista recuerda que el objetivo de rentabilidad de este sistema es de un 7% anualizado, doblando el capital invertido en menos de una década, y que el hecho de que la media sea un 7% implica que habrá años por encima y años notablemente por debajo del objetivo. De hecho, el informe incide en que la rentabilidad media anual desde 1926 asciende al 8,8%.

La estrategia 60/40, si tomamos como referencia una cartera estadounidense, va camino de anotarse en 2022 el segundo peor año de su historia tras el batacazo de 2008, cuando la caída fue del 22%. Desde enero, el retroceso asciende a un 19%. El desempeño de los principales índices en lo que va de 2022 habla por sí solo: el S&P 500 se deja un 17%, el Nasdaq Compuesto pierde un 29%, el Russell 2000 cae un 18% y el selectivo S&P US Treasury Bond lo hace un 11%.

En el caso de Vanguard, esto se traduce en que dos de sus fondos con composición 60/40, el LifeStrategy Moderate Growth Fund y el Balanced Index Fund Admiral Shares, se anotan pérdidas del 15 y el 16% respectivamente.

Pero es precisamente el desplome de la estrategia lo que abre la puerta de entrada para los inversores, al haberse minimizado buena parte de la sobrevaloración de los activos. Algunos analistas coinciden en afirmar que es el momento de volver a este tipo de carteras. "Las acciones y los bonos están proporcionando los mejores puntos de entrada desde 2010 para los inversores a largo plazo", subraya el jefe de estrategia global de activos múltiples de JPMorgan Asset Management, John Bilton. "Con rendimientos mayores, los bonos vuelven a ser una fuente plausible de ingresos y un posible refugio seguro. Con valoraciones más bajas, las acciones son más atractivas", resume Bilton.

De hecho, las perspectivas parecen esperanzadoras. Desde JPMorgan auguran un retorno medio del 7,2% en el largo plazo a partir de 2023, mientras en Vanguard lo limitan al 6,4% para la próxima década.

También los registros históricos dan alas al optimismo en la estrategia 60/40. Según el informe de Vanguard, las acciones y los bonos solo han retrocedido a la vez el 15% del tiempo en los últimos 46 años, y nunca se han producido tres años consecutivos de caídas de ambos tipos de activos. Por ejemplo, de los últimos 15 años este tipo de carteras solo han registrado rentabilidades negativas en dos años.

Las circunstancias macroeconómicas invitan también a creer en esta estrategia de inversión, al menos en la parte de la renta variable estadounidense. Buena parte del retroceso bursátil de este 2022 viene dado por el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal en su intento de frenar la inflación, pero los datos más recientes de subidas de precios, pertenecientes al mes de octubre, sugieren que la Fed podría empezar a aminorar y distanciar las alzas de tipos de interés, lo que podría reactivar los beneficios corporativos y los mercados.

El director de inversiones públicas de Goldman Sachs, Ashish Shah, prevé que la hipotética disminución de la inflación y de los tipos de interés devuelvan la confianza de los inversores en las carteras 60/40 después de unos meses en los que el pesimismo reinaba y la inflación desbocada empezaba a temerse como una nueva normalidad. "La gente empezó a preocuparse sobre el desempeño de los bonos en su porfolio, y les llevó a la pregunta '¿Aún necesitamos bonos como un elemento defensivo en el porfolio?', porque los bonos no estaban funcionando bien este año", coincide Muhneet Dhir, especialista de multiactivos en Vanguard Europe.

"La probabilidad de una recesión es realmente alta, lo que normalmente supone un trasvase en el que los inversores cambian las acciones por bonos. En ese escenario podremos ver a los bonos retomando su papel y la correlación pasando a ser negativa", añade Dhir en declaraciones a This is Money.

Pero no todo son vientos de cola: "Rusia podría volverse loca en términos de lo que planea hacer y que todo se descontrole de nuevo. Creo que dejando al margen ese escenario extremo, el crecimiento y la inflación son probablemente los dos mayores riesgos a vigilar", agrega Dhir en su análisis de la situación en Europa.

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