
Acacia Inversión se ha propuesto como objetivo el crecimiento patrimonial más allá de sus clientes tradicionales y para ello tiene previsto lanzar clases específicas para la distribución de sus fondos en las plataformas, para que los inversores institucionales y de bancas privadas tengan más fácil el acceso a sus productos. Además, está analizando con más detenimiento registrar sus fondos emblemáticos en Luxemburgo, una demanda que muchos clientes le han solicitado también y que le permitiría llegar mejor a un determinado perfil de inversor.
Entre los nuevos proyectos también figura la creación de un fondo de inversión libre que concentraría las mejores ideas de sus fondos más agresivos, según explicó Miguel Roqueiro, director general y responsable de inversiones de la gestora con sede en Bilbao durante un encuentro con medios, en un momento en que la firma cumple su vigésimo quinto aniversario, con 500 millones de euros bajo gestión, de los que alrededor de 380 millones están en sus fondos, 100 millones en carteras de gestión discrecional; y el resto bajo asesoramiento independiente y en productos ilíquidos o alternativos.
Acacia es una de las gestoras independientes españolas ya veteranas, conocida sobre todo por los inversores profesionales gracias al rendimiento de sus productos, como Acacia Invermix 30-60, que se encuentra en el primer decil de los 310 fondos moderados globales en euros registrados por Morningstar en esta categoría, con un 2,33% de rentabilidad anualizada a cinco años, o el Acacia Renta Dinámica, un fondo mixto flexible que ha batido casi todos los años su objetivo de rentabilidad de letra del Tesoro más 2-3%, excepto en 2018, el único ejercicio de los once que tiene de vida en que ha tenido una ligera caída del 0,12%.
La independencia, la coinversión y los resultados en la gestión es lo que ha permitido el éxito de la firma creada en 1997 por el empresario Alberto Carnicer Malax-Echevarria como sociedad gestora de carteras para invertir el patrimonio de un grupo de familias industriales del País Vasco. "No es flor de un día, sino consecuencia de un proceso que lleva el ADN de la firma, con un enfoque patrimonialista, con mentalidad abierta para hacer cosas distintas y paciencia e ideas innovadoras", asegura Roqueiro, asegura Roqueiro, quien destaca que si Paramés fue el pionero en traer el value a España "nosotros lo estamos siendo aplicando cosas aquí que ya se hacen fuera en la inversión".
Los fondos multiactivos se sustentan en dos pilares fundamentales: una visión estratégica y otra más táctica. En la primera, seleccionan una serie de activos denominados frágiles, según la denominación del reconocido autor Nassim Taleb, que son los valores cíclicos, y los que serían anti frágiles, aquellos que funcionan en momentos de estrés del mercado. En la parte táctica, seleccionan activos con descuento, convirtiéndose en 'asset allocators value", como apunta Roqueiro. "Cuando en el mercado algo se rompe, nosotros dirigimos la mirada allí", subraya.
Entre los activos anti frágiles se encuentran el oro, el dólar, los bonos norteamericanos y el yen, y coberturas tácticas.
Entre las apuestas de los últimos años, se encuentran un fondo de fondos global inmobiliario, un fondo de factoring de una firma inglesa especializada, deuda del gobierno chino en yuanes y renta fija de países asiáticos en moneda local.
En la actualidad, han incluido deuda híbrida corporativa y financiera, aparte de haber incorporado más riesgo de duración en deuda norteamericana.
Roqueiro señala que el problema ahora no es de crecimiento, sino que "el mundo se está reajustando a una normalización de los tipos de interés y muchos movimientos del mercado se deben a los efectos de los derivados".