Aumenta el escrutinio y la exigencia de los inversores sobre las cotizadas españolas. Así lo revelan los datos del Review of Shareholder Activism (revisión del activismo accionarial) de Lazard correspondiente al tercer trimestre de 2022. Visite elEconomista Inversión sostenible y ESG.
España se coloca como el cuarto país de Europa con más campañas activistas en lo que llevamos de año (sube puestos en este ranking, ya que en 2021 fue el noveno). Del total de campañas puestas en marcha en el Viejo Continente sobre firmas cotizadas, un 7% (3 campañas de un total de 45) afectó a empresas españolas. Dos de esas tres campañas las llevó a cabo Amber Capital en Indra y en Mediaset. Le puede interesar: Amber Capital escala al 9,99% de Indra con la luz verde del Gobierno.
Según los datos recabados por Lazard, solo están sometidas a más presión las compañías de Reino Unido, Francia e Irlanda. Francia ha presenciado en 2022 más activismo que nunca antes.

A través de estas campañas, impulsadas por inversores institucionales, los accionistas ejercen presión sobre sus participadas para modificar y mejorar algunas de sus prácticas. Lazard ha analizado los datos de activismo sobre empresas con capitalizaciones superiores a los 500 millones de dólares.
Los inversores se movilizan
Los datos de Lazard muestran que el activismo no hace sino dispararse: esas 45 campañas europeas superan en un 32% a las del mismo periodo de 2021. A nivel global, fueron 171 campañas, un 39% más.
España está viendo aumentar el activismo de forma sustancial. Según el último informe anual de Spainsif, correspondiente a 2021, el año pasado el volumen de activos gestionado bajo estrategias que aplican el llamado engagement (diálogo con las empresas participadas), y el voto activo, se multiplicó por 3,6 veces, hasta 111.717 millones. Por otro lado, en la temporada de juntas de 2022, el apoyo a las remuneraciones del Ibex 35 siguió a la baja: el voto a favor medio del free float fue de solo el 67,2%, según los datos recabados por Morrow Sodali.