
Aunque el Banco Central Europeo (BCE) ya ha subido tipos en dos ocasiones y en 125 puntos básicos, el proceso de normalización de la política monetaria todavía no está desarrollándose a pleno pulmón. Una parte vital del endurecimiento de la política monetaria del BCE será la reducción del balance de activos que acumula la institución y, por el momento, el organismo sólo lo ha reducido un 0,66%, desde los máximos que se vieron el 24 de junio de este año, en los 8,8 billones de euros.
Hasta ahora, el BCE se ha dedicado a vender bonos de su balance para evitar repuntes en las primas de riesgo de los países más vulnerables de la zona euro. Es cierto que vende bonos de algunos países del núcleo de Europa, como Alemania, pero también que sigue insuflando oxígeno a otros como España e Italia para evitar sustos. Sin embargo, llegará el día en el que el proceso de adelgazamiento del balance sea más agresivo, y los analistas encuestados por Bloomberg esperan que esta dieta empiece en el segundo o tercer trimestre del año que viene.
En 2019 el BCE estaba ya calentando motores para empezar a reducir el balance, y muchos analistas consideraban que, con un balance por encima de los 4 billones de euros, la situación había ido demasiado lejos. La pandemia, sin embargo, lo cambió todo, forzando a la institución a volver a comprar deuda masivamente para estimular a la economía. Lo que no se hizo entonces se tendrá que hacer en algún momento, con el impacto negativo que este proceso podría tener en el mercado de renta fija, y también, quizá, en las bolsas europeas.
Otra subida de 0,75 puntos
De cara a la reunión del próximo jueves, los analistas encuestados por Bloomberg entre los días 14 y 19 de octubre pronostican que el BCE volverá a subir tipos 75 puntos básicos, dejándolos en el 2%, en el caso del tipo de interés de referencia (la facilidad de depósito se quedaría en el 1,5%) y reafirmando el compromiso del organismo de cara a conseguir reducir el ritmo de la inflación, ya sea a costa de generar una recesión económica.
El mercado, por su parte, apoya esta posible subida en las tasas de interés, ya que también está descontando un incremento de tipos de 75 puntos básicos, según indican los contratos de futuro sobre los tipos de interés en la zona euro.
Esta, sin embargo, no será la última subida de tipos que tendrá lugar en la eurozona en los próximos meses. Los analistas esperan que el proceso de subida de tipos los lleve hasta el 3% el año que viene, por lo que, después de la subida de tipos del próximo jueves quedarían todavía otros 100 puntos básicos de subida por delante.
En la actualidad, y con este calendario de subidas de tipos por delante, los analistas creen que el BCE está corriendo por detrás de la curva, sin ser capaz de anticipar su política monetaria a las reacciones que está teniendo el mercado de renta fija soberana en los últimos meses, con ventas importantes que, el viernes, llevaron al bono alemán a superar el 2,5% de rentabilidad por primera vez desde 2011.
Reducción del balance
Los expertos tienen bastante claro que el inicio del proceso de reducción del balance se producirá a mediados del año que viene. Un 29% de los encuestados cree que será durante el segundo trimestre de 2023, y otro 29% lo espera para el tercero, siendo este periodo el más probable, a su juicio, para que dé comienzo el adelgazamiento.
Mientras tanto, el BCE sigue jugando con las reinversiones de los bonos que compraron durante la pandemia, y que están llegando a vencimiento. En este frente, los expertos también lanzan sus previsiones sobre dónde va a estar centrándose el organismo en los próximos meses, y tienen bastante claro que la mayor parte del apoyo por parte del BCE será para Italia. El 85% de los encuestados cree que la mayor parte de las reinversiones se centrarán en comprar deuda italiana, mientras que, en segundo lugar, creen que España es el país que más lo necesitará. Por debajo quedan tanto Portugal, como Grecia. Además de las reinversiones del PEPP, los analistas también creen que el organismo va a verse obligado a hacer uso del Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI, por sus siglas en inglés), el programa que anunció el BCE el mes pasado, y que servirá, en caso de necesidad, para dar apoyo financiero a los países que estén dando señales de problemas, y en los que se estén ampliando las primas de riesgo.
El 55% de los encuestados cree que el TPI se tendrá que utilizar en los próximos 12 meses. De los 14 analistas que creen que será necesario, 11 opinan que se utilizará para echar un cable a Italia, exclusivamente. Solo dos de los 14 creen que el TPI se tendrá que utilizar para dar apoyo a la economía española.