El gran halcón del Banco Central Europeo (BCE), el holandés Klaas Knot, ha vuelto a insistir en la necesidad de que el organismo mantenga un ritmo acelerado en el proceso de endurecimiento de la política monetaria de la zona euro.
Si la semana pasada las actas de la última reunión del BCE reflejaban la preocupación por parte del Consejo de Gobierno por la posibilidad de que se produzca una recesión económica profunda acompañada de altas tasas de inflación, Knot se ha erigido este lunes como el portavoz de quienes abogan por endurecer la política monetaria para intentar meter en cintura a la inflación.
El holandés considera que el BCE debe dar "pasos significativos" en las próximas dos reuniones de política monetaria del organismo, y hace un llamamiento a continuar, como mínimo, con el ritmo de subidas de tipos que ha mantenido el organismo en los últimos meses. "El BCE debe finalizar la normalización de los tipos de interés antes de empezar el proceso de reducción del balance de activos", ha señalado Knot en Ámsterdam este lunes.
Según el calendario de reuniones del BCE, aún quedan dos encuentros oficiales antes del año que viene, en octubre y diciembre, y es ahí cuando Knot espera que el organismo decida poner toda la carne en el asador. Por el momento, el mercado espera que la entidad repita una subida de tipos de 75 puntos básicos en el encuentro de octubre y, de cara a la reunión de diciembre, todavía se debate entre la posibilidad de que se suban los tipos otros 75 puntos básicos, o de que el incremento en el precio del dinero se quede en 50 puntos básicos.
Una vez hayan terminado las subidas de tipos, el BCE comenzará a drenar liquidez bajando el volumen de activos que mantiene en balance, que ha llegado a alcanzar el pico en los 8,83 billones de euros, el pasado 24 de junio. Es el llamado quantitative tightening, pero no llegará hasta que los tipos alcancen, según el mercado, el entorno del 3% en la zona euro.