Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha admitido que las subidas de tipos deben seguir un buen ritmo en la Eurozona. "Hemos subido los tipos en 125 puntos básicos y habrá más subidas en las próximas reuniones", ha asegurado la presidenta del BCE. Aunque la inflación en la Eurozona está impulsada por factores de oferta, el banco central debe aplacar la demanda, que es donde tiene control, para evitar que los precios sigan al alza, al menos por ese lado.
La banquera francesa ha explicado que el BCE aún no ha alcanzado el tipo de interés neutral y ese debe ser el primer objetivo. Los expertos sitúan el tipo de interés neutral (coherente con el pleno empleo e inflación en el 2%, un tipo de interés que ni contrae ni expande la política monetaria) entre el 1,5 y el 2%. Una vez alcanzando este punto, el BCE valorará si hay que seguir subiendo los tipos de interés.
Pese a todo, Lagarde ha querido destacar la dificultad en la zona euro para detener la subida de los precios. En Europa, la inflación está provocada por factores sobre los que el BCE no puede influir de forma directa, esto es una diferencia clave con EEUU, ha asegurado la francesa.
Diferencias entre EEUU y la Eurozona
Christine Lagarde también ha querido remarcar las diferencias de la inflación a lo largo del mundo. Aunque los precios están disparados en prácticamente todo el mundo, Lagarde ha asegurado que "las raíces de la inflación son diferentes en la Eurozona y en EEUU".
"Las dos diferencias claves tienen que ver con energía y el mercado de trabajo. La energía está siendo el factor clave en la inflación de la zona euro, por energía digo electricidad, gas, petróleo... todo esto es el 60% de nuestra inflación. Si miramos a EEUU, los conductores de la inflación son otros", ha afirmado la presidenta del BCE", ha señalado la que fuera presidenta del Fondo Monetario Internacional.
"El segundo factor está relacionado con los salarios. En EEUU los sueldos están subiendo entre un 5 y un 6%, mientras que en la Eurozona no han alcanzado el 3%, por lo que no tenemos problemas de segunda ronda. De modo que nuestra inflación es claramente una inflación de oferta que nos está afectando, mientras que en EEUU es una inflación más de demanda. Esto tiene que tener consecuencias en la forma en la que nosotros manejamos esta inflación", ha sentenciado Lagarde.
Cuando la inflación está principalmente por la oferta, la política monetaria lo tiene mucho más complicado para detener esa inflación. La política monetaria no puede bajar los precios del gas, no puede parar la guerra en Ucrania. Estos son los ejemplos que ha puesto la presidenta del BCE.
"No estoy cuestionando que tuvimos algunos errores de proyección con la inflación, pero los manuales de economía dicen que los cuellos de botella desaparecen con el tiempo", ha argumentado Lagarde para intentar dejar en buena posición las previsiones fallidas del Banco Central Europeo.