
Disponer de un volumen financiero considerable hasta el punto de poder gestionarlo a través de la estructura de un family office no implica necesariamente contar con una mentalidad a largo plazo para aprovechar las ventajas de la inversión en bolsa, como se esperaría de una inversión más profesionalizada. De hecho, según el Single Family Office (SFO) Index creado por Credit Suisse, solamente el 47% del patrimonio de este tipo de inversores se encuentra colocado en renta variable.
Es cierto que si se desglosa el índice por activos bajo gestión, los family offices de mayor tamaño, aquellos que cuentan con un patrimonio superior a los 500 millones de dólares, tienen hasta un 62%, frente a los más pequeños (aquellos que tienen menos de 100 millones de dólares de patrimonio), que cuentan con un 45% en bolsa.
El resto de las inversiones se desglosa de esta manera: un 29% en bonos, un 17% en inversiones alternativas y el resto, en multiactivos. Cuanto mayor patrimonio tiene la familia inversora, menor es el porcentaje en inversiones alternativas, que se reduce a menos del 13%, porque pueden realizar inversiones directas en este segmento.
Esta mayor exposición a los activos de bolsa está perjudicando a los family offices de mayor tamaño, en un año en el que el SFO Index muestra que las familias empresarias están perdiendo de media un 7,6%, según el análisis de sus activos en bancos custodios. Desglosado por regiones, las familias empresarias asiáticas reducen la caída al 6,6%, mientras que las europeas la elevan al 8,15%
Este índice del banco suizo se ha realizado mediante el análisis de una base de datos más de 325 firmas custodias de activos y más de 300 family offices de Europa, Asia-Pacífico y Oriente Medio. Y pretende complementar el conocido Credit Suisse Family Business Index.
El anglicismo family office refleja un concepto del que es complicado encontrar en castellano una traducción que englobe todo lo que implica, pues no solo se refiere a la gestión del patrimonio de la familia dueña de una empresa, sino a cómo se diseñan los planes de sucesión entre las distintas generaciones de la familia, por ejemplo, o cómo influyen las decisiones de cada miembro en el legado de la firma.
Al contar con volúmenes elevados de patrimonio, la gestión de las inversiones se suele dejar en manos de firmas especializadas, como la banca privada e incluso los más grandes suelen contar con su propio equipo de gestión. De ahí que sea destacable la asignación de activos que refleja el índice de Credit Suisse.
Rendimiento en el año
El índice permite, además, conocer la revalorización media que han obtenido los family offices en los últimos años y en 2022, ejercicios caracterizados por una extrema volatilidad. Y muestra datos interesantes: mientras que los grandes patrimonios han logrado aumentar sus activos bajo gestión casi un 16%, desde 2020 hasta julio de este año, los pequeños tan solo han logrado un 1,7%, mientras que los medianos (aquellas familias que cuentan con un patrimonio entre 100 y 500 millones de dólares), han visto aumentar sus activos un 8,4%.