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El Banco de Japón aguanta la presión sobre el yen y la deuda y se queda como último bastión de los tipos negativos

El gobernados del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda.

El Banco de Japón (BoJ) se convertirá en el último banco central en mantenerse en la política de tipos negativos, después de que hoy el BCE ejecute su primera subida en los intereses por primera vez en once años. La entidad sigue insistiendo en su política de tipos ultrabajos y ha dejado las tasas oficiales del dinero en el -0,1%, en la reunión mensual celebrada hoy. Además, ha anunciado que seguirá comprando deuda pública y manteniendo el límite de los intereses del bono a diez años, como máximo al 0,25%.

El dólar roza los 140 dólares y la rentabilidad del bono a diez años amenaza con superar el 0,25%, límite establecido por el BoJ para intervenir en el mercado con compras masivas. La institución se queda como el último bastión de la política monetaria ultralaxa y sigue insistiendo en ella. Hoy el BCE ejecutará su primera subida de tipos en once años. Y lo hace con el mercado en contra, soportando ventas masivas sobre la divisa japonesa y los bonos. Desde hace varios meses, con las expectativas de inflación desatadas en todo el mundo, varios grandes bajistas han puesto su objetivo en activos nipones para desafiar al BoJ.

Buena parte de los expertos coinciden en señalar en que tarde o temprano, la institución cederá y comenzará a retirar el apoyo a la deuda japonesa. Hoy se ha hecho una pequeña concesión, con un empeoramiento de sus previsiones. El BoJ ha revisado al alza su previsión sobre la inflación para el ejercicio de 2022, hasta situarla en el 2,3 %, debido principalmente "al incremento de los costes de la energía, la alimentación y los bienes duraderos".

El banco central japonés revisó cuatro décimas al alza su estimación de la subida del índice de precios de consumo (IPC), así como cinco décimas a la baja, hasta el 2,4 %, su estimación de crecimiento económico para el ejercicio que concluirá el 31 de marzo de 2023.

"Los precios de la materias primas, como el petróleo, el gas natural, el carbón o el grano, se han mantenido altos, en un reflejo sobre todo de la elevada preocupación por los suministros como resultado de la invasión rusa de Ucrania", señala el BoJ.

Dado que Japón depende mayoritariamente de las importaciones para proveerse de estos recursos, la subida de sus costes ha conllevado una "pérdida de ingresos y ha ejercido presión a la baja en los ingresos de los hogares y los beneficios corporativos", añade entre los principales factores que han impulsado la revisión.

Los precios en Japón subieron un 2,1% en abril y mayo, por encima de la meta inflacionaria de los dos puntos del BoJ tras siete años, debido a las circunstancias del mercado de los suministros. Pese al empeoramiento de sus previsiones a corto plazo, el banco central japonés espera que la economía japonesa se recupere en el medio-largo plazo, en previsión de que esta subida de precios sea temporal y su influencia "mengue".

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