
Los altísimos datos de inflación en España (en el 10%) y la eurozona (8,6%) siguen recordándonos el gran problema que va a suponer un menor crecimiento económico rodeado de importantes desequilibrios, con el conflicto geopolítico, el proteccionismo y la crisis energética como principales actores. Claramente, al menos hasta 2024, los dos grandes bloques, léase Estados Unidos y China, deberán reaccionar de forma rápida y decidida para garantizar un crecimiento sólido, estabilidad de precios y seguridad global.
China se enfrenta a importantes retos y aparentemente está saliendo de su reciente letargo por su política de cero Covid-19 con importantes paquetes de ayudas gubernamentales orientadas a mejorar las condiciones de financiación (recorte de tipos) y a estimular el consumo (rebaja impuestos), para alcanzar un crecimiento del 4,4% este año. Sin embargo, la aparición de nuevos brotes podría volver a poner en jaque la apertura de su economía.
En EEUU, los tipos hipotecarios a 30 años se encuentran por encima del 5,6%. El galón de gasolina supera los 5 dólares y el precio de los alimentos crece a doble dígito. Ante semejante escenario, el comienzo de las bolsas americanas este 2022 ha sido el peor desde 1970, con caídas del 20% en índices generales y de más de un 30% para su índice tecnológico. En este contexto, y para controlar la estabilidad en los precios antes de ver una escalada estructural, la Reserva Federal ha dado un giro de 180 grados a su ultra laxa política monetaria con, por ejemplo, la subida de 75 puntos básicos en el precio del dinero. El BCE, va hacia una subida de tipos en julio en, probablemente, 50 puntos.
El ciclo económico actual se encuentra así en una fase avanzada y de madurez, claramente finalista, que vendrá acompañado por un ciclo recesivo, pero, en nuestra opinión, leve. Un hábitat en el que, este año, hemos asistido a una importante rotación sectorial en renta variable. En la actualidad, solo el sector de la Energía sube un 19% en Europa y un 30% en Estados Unidos. El sector Telecomunicaciones ha podido esquivar los números rojos para Europa y las compañías eléctricas en EEUU. Todos los demás sectores muestran importantes caídas, del 30% o superiores. Pero los ciclos han existido siempre y han sido fuente de distintas oportunidades. Esta vez pensamos que no será diferente.
En la actual fase avanzada/madura del ciclo, creemos que la mejor opción es infraponderar la renta variable, con un sesgo más negativo en Europa y, recientemente, más positivo en China. Vemos más adecuado apostar por carteras con un mayor peso estructural en sectores defensivos. Mantenemos una apuesta en el sector de telecomunicaciones, con valores como KPN, Swisscom, Deutsche Telekom, Orange o Vivendi y apostamos también por el sector de Salud & Farmacia, con ejemplos como Sanofi, Novartis, Merck, Pfizer o Grifols en nuestra cartera y el sector eléctrico, con nombres como Iberdrola, Acciona Energías Renovables). También nos resultan de interés compañías de alimentación como Nestle, Pernod Ricard, Procter & Gamble, Pepsico, Mc Donalds o Walmart.
Pero este peso principal dedicado a sectores defensivos creemos que debe acompañarse por, en menor medida, sectores value que se benefician del ciclo actual, ya sea por la subida en los tipos de interés (aseguradoras como Zurich Insurance, AXA, Allianz y bancos, por ejemplo BNP, ING, Bank of America o Berkshire Hathaway; como por la escasez en la oferta. En este último caso elegimos el sector energético, siendo algunas de nuestras apuestas más destacables Shell, Total Fina, Exxon y Chevron. Hay otros sectores, como el minero y/o de materias primas donde recientemente hemos bajado nuestra ponderación.
Nuestro posicionamiento más defensivo no descarta, en cualquier caso, mantener un peso más oportunista en sectores de crecimiento como es el tecnológico, que empieza a ofrecer oportunidades en compañías solidas que ofrecen valoraciones atractivas respecto a sus medias históricas, aun considerando un escenario económico más adverso. Algunos ejemplos: Microsoft, Apple, Amazon y Google, con puntos de entrada para los inversores impensables hace tan solo unos meses.
Claramente, nos encontramos en un momento de cambio de ciclo en el que es necesario apostar por la gestión activa y ajustar las carteras para aprovechar las oportunidades más atractivas en el nuevo entorno de mercado.