
El dólar estadounidense sube con fuerza en su cruce con el euro tras la publicación de la última tasa de inflación en EEUU. Así, si ayer las dos divisas más importantes del mundo alcanzaron la paridad por primera vez en 20 años, esta se rompe este miércoles: la moneda única llega a cotizar en 0,9998 'billetes verdes', niveles no vistos en dos décadas, aunque tras marcar ese nivel el euro vuelve a moverse en el entorno de los 1,001 dólares.
Además, el 'arrojo' de la divisa norteamericana no se limita solo al euro. Se ha dado la vuelta con todos sus principales pares. El índice dólar ha llegado a cotizar en 108,4 puntos, nuevos máximos de 20 años. El dólar también se revaloriza con ganas frente al yen japonés: un dólar está llegando a valer más de 137,6 yenes. Para muchos analistas, los 140 yenes por dólar es la línea roja del Banco de Japón (BoJ) para abandonar su política monetaria de tipos negativos y control de la curva. Una moneda japonesa demasiado devaluada supone un elevado riesgo inflacionista para el país.
La paridad no se había dado desde el año 2002. Se ha podido llegar a este punto por la espiral descendente muy rápida de la moneda comunitaria, que se ha dejado un 12% frente a la divisa norteamericana en lo que va de año. En febrero un euro se cambiaba por 1,15 dólares. Esta diferencia ha radicado en que la Reserva Federal ha pisado el acelerador con subidas de tipos más agresivas mientras que el BCE ha manejado otros tiempos para tratar los desafíos económicos y la inflación.
Este nuevo paradigma deja al Banco Central Europeo en un aprieto. Hasta ahora ha resistido el agresivo tipo de ajuste de política monetaria implementado por bancos centrales de todo el mundo, indicando que aumentará los costos de endeudamiento en un cuarto de punto este mes. Es probable que eso mantenga un diferencial de tipos de interés cada vez mayor que conserve la presión sobre la moneda común.
El BCE ya se ha pronunciado sobre lo que implica esta situación. El Banco Central Europeo (BCE) está atento a la caída del euro por su efecto sobre los precios al consumo, según el primer responsable de la política monetaria que comenta la divisa desde que casi rompió la paridad con el dólar. "Es una buena noticia para la actividad, ya que apoya a los exportadores, pero desgraciadamente eleva un poco la inflación", ha declarado este miércoles el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, a la radio France Info. "El tipo de cambio no es algo que fijemos, pero lo seguimos porque cuenta para la inflación".