Ana Tuñas Matilla
Madrid, 14 nov (EFECOM).- Los hipotecados han sufrido este año un duro golpe en sus bolsillos debido a la subida en más de un punto del euribor, que con su repunte ha dificultado aún más el acceso a una vivienda y ha perjudicado a las economías familiares, que tienen que hacer frente a una cuota "de más" al año.
Con esta subida, motivada por la decisión de Banco Central Europeo (BCE) de incrementar los tipos de interés en la zona euro por primera vez en seis años para controlar la inflación, el euribor se ha situado en el entorno del 3,84 por ciento, su nivel más alto desde junio de 2002.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el importe medio de las hipotecas suscritas para la compra de vivienda en diciembre de 2005, cuando el euribor era del 2,78 por ciento, ascendió a 132.219 euros.
Con la subida de intereses, los usuarios a los que estos días les toca revisar su préstamo a 25 años verán cómo su cuota mensual se encarece en 74 euros, hasta los 686 euros, lo que en el conjunto del año representa un incremento de 888 euros, el equivalente a más de una cuota.
Según los últimos datos del INE, en septiembre de este año el importe medio de las hipotecas contratadas para comprar una vivienda ha superado por primera vez los 145.000 euros, lo que supone un esfuerzo más para los usuarios, que a la subida de tipos tienen que añadir el incremento del precio de los pisos.
Desde diciembre de 2005, cuando el precio del dinero estaba al 2 por ciento, el BCE ha ordenado seis subidas de un cuarto de punto -hasta situar el tipo oficial de la eurozona en el 3,50 por ciento-, con la intención de moderar la inflación y reducir la masa monetaria en manos de los usuarios.
Para alivio de los ciudadanos, los expertos prevén que el BCE mantendrá estables los tipos en sus próximas reuniones y estiman que el euribor, con el que los bancos adelantan el que creen que será el precio del dinero a un año vista, moderará su crecimiento e incluso, para los más halagüeños, podría descender.
Según sus previsiones, en 2007 los tipos subirán como mínimo hasta el 3,75 por ciento, aunque existe la posibilidad de que acaben en el 4 por ciento; y el euribor repuntará entre 10 y 15 puntos básicos.
Aunque a primera vista parezca que el encarecimiento de las hipotecas contribuye a subir la inflación, el efecto es el contrario, ya que las familias, antes de perder su casa, reducen cualquier otro gasto, lo que alivia la presión sobre los precios.
En España, la subida de tipos ha encendido todas las alarmas debido el alto endeudamiento de los hogares, principalmente por el precio de la vivienda, que desde 2000 se ha duplicado.
Ante este panorama, las asociaciones de consumidores temen que muchos ciudadanos pierdan sus casas porque han llegado a un punto en el que ya no pueden apretarse más el cinturón para hacer frente a nuevas subidas de tipos, por lo que han pedido insistentemente al Gobierno que adopte medidas para paliar la situación.
Entre otras iniciativas, exigen una ley que proteja a las familias ante situaciones de insolvencia derivadas del alto endeudamiento que soportan, al tiempo que instan a las entidades financieras a que sean más estrictas a la hora de conceder hipotecas, algo en lo que coinciden con el Banco de España.
En respuesta a las peticiones de los usuarios, el Ejecutivo ha anunciado que habrá una nueva ley hipotecaria que, entre otras novedades, abaratará los costes del cambio de hipoteca para que los ciudadanos cuenten con más apoyos para negociar sus préstamos y conseguir mejores condiciones de pago.
Frente a la visión más alarmista, está la opinión de otros organismos como la Asociación Hipotecaria Española o la Fundación de Cajas de Ahorros, que opinan que son pocos los hogares que realmente no pueden hacer frente a sus hipotecas y que recuerdan que antes de pedir un préstamo de este tipo la gente hace muchas cuentas para saber si podrá afrontarlo.
Sin embargo, es un hecho que los intermediarios financieros y, sobre todo, las empresas de refinanciación de deudas han proliferado como "setas" en los últimos tiempos y han encontrado un filón entre los hipotecados españoles, que se resisten a controlar su consumo.
También quieren sacar tajada de este pastel los bancos y cajas tradicionales, que para competir con las financieras se han apuntado al crédito rápido, cuyo interés se sitúa en el entorno del 20 por ciento, y al que cada vez recurren más víctimas del "consumismo". EFECOM
atm/cs/mlb/txr