
Para un gestor de fondos que invierte en recursos básicos y en las empresas que los producen, el día a día ha cambiado radicalmente en los últimos meses. Después de años de tedio, con caídas y estabilidad en bajos precios de las materias primas, estas han vuelto a despertar, y promete años de más actividad para un gestor activo, según las perspectivas que manejan los expertos. Lomnitzer cree que él y su equipo nunca habían tenido expectativas tan positivas para el sector de recursos básicos y, a diferencia de Goldman Sachs, habla de un posible megaciclo alcista para las materias primas, un periodo de alzas que será realmente largo para estos activos.
Se está produciendo una caída desde máximos en los precios de muchas materias, como el cobre, pero no tanto en otras como el gas. ¿Qué está ocuriendo?
Creo que las diferencias se pueden encontrar en cuánto se utilizan por parte de especuladores macroeconómicos. Mucho dinero que va al mercado del cobre viene de estos fondos macro, y cuando se preocupan por el crecimiento, lo expresan habitualmente poniéndose cortos en el precio del cobre o vendiendo sus posiciones largas. En el cobre creo que tiene que ver con que se están deshaciendo las posiciones especulativas.
Se repite mucho que el cobre es clave para la electrificación...
Los déficits de oferta para el cobre se espera que se materialicen más. El cobre está manteniéndose más tranquilo de lo que yo hubiese esperado, teniendo en cuenta las preocupaciones por el crecimiento que existen. Todavía creemos que vamos a ver déficits en cobre, y lo que vemos actualmente es una caída de la producción: en Chile, en las grandes mineras, estamos viendo problemas por el tema del agua, hemos visto la producción de cobre cayendo, y todo esto es un reto para la industria del cobre. Se han minado 700 millones de toneladas de cobre en la historia, y en los próximos 20 años si queremos tener un crecimiento del PIB del 3% vamos a necesitar otros 700 millones de toneladas de cobre. Así, somos bastante optimistas con el futuro del cobre, y estamos bastante impresionados de que haya sido tan resistente como lo ha sido.
¿Está descontando el mercado de materias una recesión?
Creemos que el mercado está descontando un frenazo en el crecimiento, más que una recesión, pero los riesgos de una recesión están creciendo. No creemos que vaya a haber necesariamente una recesión, creemos que el parón del crecimiento probablemente sea bastante bienvenido, porque las dos caras de las materias primas son la oferta y la demanda, es un mercado físico que se negocia diariamente, y si no hay suficiente los precios suelen descontarlo. Lo que hemos visto que es un gran cambio respecto a años pasados es una falta de capacidad para abastecer de estas materias primas.
Con el conflicto en Ucrania y la guerra comercial que vimos antes de la pandemia, ¿en el futuro pagaremos más por las materias de lo que se ha pagado en la última década?
Sí, por varias razones. La primera, porque los inventarios están muy bajos prácticamente en todas las materias. Además, hay una inversión en capex en términos reales muy limitada en nueva producción. Está en niveles de hace 20 años. Estamos viendo bajos inventarios, baja inversión en capex, que han creado una situación en la que la parte de la oferta no está llegando. Por el otro lado, tenemos la demanda, que para algunas materias primas se ha visto estimulada por la transición energética, y eso afecta a materiales como hierro, cobre, níquel, litio, cobalto... Creo que la combinación de ambas cosas es lo que va a causar que las materias primas se mantengan bastante caras durante un periodo de tiempo, a menos que tengamos una grave recesión.
¿Qué está ocurriendo en la parte de la oferta?
La inflación ha aumentado y esto también afecta al coste de construir nueva capacidad de producción. La inversión necesaria en capex para generar la capacidad de producir una libra de cobre es ahora de 8 dólares por libra, frente a los 2 dólares que hubo en el último ciclo. Se ha producido un repunte en la cantidad de dinero necesaria para construir nueva capacidad, y eso no solo se aplica al cobre: también al níquel, zinc... en general, para todas las materias primas.
¿Es una cuestión de largo plazo? ¿De una década o más?
Sí, desde luego. Y si miras la historia de los ciclos largos de materias primas, sugiere que estamos en un periodo de precios altos de forma sostenida. Me refiero a ciclos muy muy largos, de 30 ó 40 años.
Goldman Sachs habla de un nuevo 'superciclo' de materias primas.
Nosotros lo hemos denominado un megaciclo, no un superciclo.
¿Será todavía mayor?
Para nosotros, mega tiene que ver con minería, energía y agricultura. Sí, cuando analizamos esto, vemos que en los próximos 20 a 30 años va a haber un periodo con una temática estructural que es la descarbonización del sistema energético mundial, y esto necesita un enorme gasto para financiarlo. Hay estimaciones de cerca de 140 billones de dólares en capex para poder descarbonizar el mercado energético. Ese gasto requerirá una gran inversión en la parte de la minería, y hay estimaciones que hablan de 450.000 millones de dólares en inversión necesaria en el mercado del cobre hasta 2030 para la industria de los vehículos eléctricos. Si juntas todo, es poco habitual ver una temática que dure décadas. Ahora tenemos esfuerzos globales para descarbonizar, con apoyo regulatorio, con financiación... y todo eso tiene apoyo popular de los votantes. Eso crea las circunstancias para un megaciclo. Debería ser más largo.
Suena como una nueva temática de inversión.
Sí. Como equipo, mis colegas y yo tenemos una buena experiencia. Hemos visto muchos ciclos ir y venir, y colectivamente estamos muy optimistas con las perspectivas que hay a largo plazo para el sector de recursos básicos, probablemente las mejores que hemos visto nunca. A medida que aumentan los precios de las materias primas, esto suele mejorar los beneficios de las empresas del sector. Si la dinámica continúa, probablemente genere retornos relativos más elevados.