
El mercado de las criptomonedas necesita un marco regulatorio. Al menos así lo consideran tanto legisladores como la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés). El problema reside en cuál. Esta misma semana, se presentó en el Senado estadounidense un proyecto de ley para establecer que las stablecoins tengan que estar siempre respaldadas por reservas para poder canjearlas por 1 dólar u otra moneda de curso legal. Por su parte, los miembros de la SEC propusieron a finales de marzo que las entidades que salvaguardan los activos digitales de sus clientes estén obligadas a reflejar ese riesgo como un pasivo en sus balances. En teoría, esto traería transparencia al sector. En la práctica, podría servir de impulso del mercado negro de criptodivisas.
Concretamente, lo que pretenden es que las empresas contabilicen en sus balances dicho riesgo -ya sea tecnológico, legal y regulatorio, además de "un mayor riesgo de pérdida financiera"- como un pasivo y el correspondiente activo, ambos equivalentes al valor de mercado de la moneda, según refleja el Staff Accounting Bulletin Number 121 (SAB 121). Su preocupación no es tanto la determinación contable en sí misma, como "la forma en la que se está haciendo el cambio", señala la comisionada Hester Peirce de la SEC.
De aprobarse como reglamento, este cambio contable afectaría tanto a bolsas de criptomonedas como a custodios y bancos que subcontratan la custodia de estos activos digitales a terceros, como sería el caso de Goldman Sachs. Según escribe Gina Chon en una columna para Reuters, podría implicar la activación y cumplimiento de las normas del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. Entre ellas destaca una, la que obligaría a los bancos a respaldar su capital en función de las criptomonedas que tenga, asumiendo un ratio de capital del 8%.
En ese supuesto, a los bancos y a las bolsas de criptomonedas dejaría de resultarles rentable mantener los activos digitales de sus clientes. Pone como ejemplo el caso de Coinbase, ya que la plataforma de intercambio se vería obligada a añadir a su balance 21.000 millones de dólares para estar a la par de los 246.000 millones de dólares en criptomonedas que salvaguardaba a sus clientes a finales del mes de marzo. Robinhood, por otro lado, tendría que duplicar su balance hasta los 40.000 millones de dólares.
Asimismo, uno de los riesgos potenciales que Chon ve en esta propuesta de los miembros de la SEC es que, si el valor de una criptodivisa cae, las entidades que salvaguardan dicho activo podrían tener problemas a la hora de desprenderse de él. En función de la gravedad de la caída y dada la volatilidad de las criptomonedas, los bancos podrían enfrentarse a riesgos considerables.
Sentencia de muerte para las stablecoins sin reservas
El mencionado proyecto de ley bipartidista presentado esta semana en el Senado de EEUU pretende establecer que las plataformas tengan activos líquidos "no inferiores al 100% del importe nominal de los pasivos en stablecoins de pago emitidas por dicha entidad". En caso de aprobarse, supondrá el fin de las stablecoins que no tienen reservas, aseguran los expertos consultados por Fortune.
El problema que presenta la apodada como Ley de Innovación Financiera Responsable reside en que no todas las stablecoins mantienen una relación de uno a uno con un activo no criptográfico como garantía de su valor. Es el caso de las stablecoins algorítmicas (Basis Cash, Neutrino o TerraUSD, entre otras), que no están respaldadas por ningún activo externo. En su lugar, utilizan mecanismo escritos en el protocolo de la blockchain para ayudar a la moneda a mantener su paridad.
Muchos opinan que supone hacer demasiadas concesiones a la industria de las criptomonedas porque otorgaría el poder de vigilancia de los mercados de las criptodivisas a la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas, en lugar de a la Comisión de Valores y Bolsa de EEUU. Según Dennis M. Kelleher, CEO del grupo de defensa de la reforma financiera no partidista Better Markets, de no modificarse, el actual proyecto de ley hará creer al público que las criptomonedas están reguladas cuando en realidad sólo estarán "débilmente" reguladas.