Considera que éste no es un concepto cerrado sino "dinámico y en permanente estado de gestación y evolución" y rechaza el oscurantismo
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El Presidente de la Fundación Mutua Madrileña, José María Ramírez Pomatta --que en la tarde de ayer recibió en un acto oficial la Medalla de Oro de la Real Academia Nacional de Medicina-- recordó en su intervención el "antes y el después" que se ha producido en el papel de las empresas en la sociedad tras la llegada de la RSC.
En el acto, que clausuró el Curso Académico 'Responsabilidad Social Corporativa e Investigación Médica', Pomatta se refirió a lo "complejo y plural" de este término y su trascendencia actual y de futuro. Pese a que aún no existe una definición generalmente aceptada ni una base jurídica que lo regule a nivel mundial o comunitario, "es un error pensar que no ha calado en la sociedad", agregó.
Así, recalcó que la RSC "no es un concepto cerrado", sino "dinámico y en permanente estado de gestación y evolución" y cuyos protagonistas son fundamentalmente las empresas y la sociedad, quedando los Gobiernos en un papel más secundario en la resolución de los problemas.
"Sigue existiendo una batalla conceptual entre los actores de este debate que intentan imponer sus conclusiones, y que está llevando a la RSC a un oscurantismo y una confusión que es muy negativo, porque éste es, en realidad, un concepto sencillo y de fácil comprensión", explicó Pomatta, que se refirió también a la posibilidad de influencia, tanto positiva como negativa, de la empresa en la sociedad.
A su juicio, la RSC "no es ningún tema nuevo", porque lo que hoy llamamos RSC es en realidad una variante actualizada del gran tema del papel de la propiedad en la sociedad. La propiedad no es un derecho absoluto sino que tiene sus deberes y obligaciones, de ahí la necesidad "moral" de la empresa de cumplir con una función social que trate de encontrar el equilibrio entre el interés individual y el colectivo.
"El papel de la empresa centrada en ella misma ha entrado en crisis desde hace al menos tres décadas", señaló Pomatta en su intervención. Ahora lo que busca la sociedad es "la cara más humana" de las empresas, que les hace tener nuevas responsabilidades, distintas de las que antes se referían sólo a sus accionistas, la creación de valor y la maximización de beneficios. "Incluso más allá de que cumpla la ley y aporte ocasionalmente fondos a actos filantrópicos", agregó.
Así, dijo también, la empresa "no es una célula independiente que viva al margen de la sociedad, sino que obtiene su provecho precisamente de la estructura social en la que se integra". "Sin ella no tendría nada y por ello moralmente debe asumir un margen o cota de responsabilidad para con ella", recalcó Pomatta, agregando que sin la sociedad la empresa no existiría, "y mucho menos sus beneficios". De ahí que, a su juicio, sea "deudora de ésta".
"Quien piense que una empresa que sólo hace RSC por 'maquillaje' o 'lavado de cara' y no como un cambio real en su filosofía de gestión tiene que entender que este tipo de frivolidades no sobreviven en el futuro, porque la sociedad no permitiría durante mucho tiempo que la engañaran permanentemente y rechazaría a quien lo intentara", remarcó.
Finalmente, Pomatta se refirió a la importancia del reconocimiento social que tiene que obtener una empresa que aplica políticas de RSC, porque, concluyó, "es fundamental que se le reconozcan sus méritos" para verse motivada, ser ejemplo para otras, y seguir adelante.
MEDALLA DE ORO A LA LABOR DE LA FUNDACION
La concesión de la Medalla de Oro de la Academia de Medicina se realiza desde 1999 "como reconocimiento y expresa gratitud a aquellas instituciones y personalidades que han contribuido a que la Real Academia Nacional de Medicina pueda ampliar y desarrollar actividades académicas que de otro modo hubieran sido imposible realizar".
En este sentido, Pomatta agradeció la concesión de ésta señalando que más que un mérito, le ha ha sido generosamente concedida "como una manifestación de apoyo y de aliento al compromiso, asumido por la Fundación MM, de aportar de forma desinteresada e ilusionada una parte de sus Recursos Humanos y materiales a mejorar y potenciar el desarrollo de la investigación médica en España".
La Fundación de Investigación Médica Mutua Madrileña nació en junio de 2003 con la vocación de contribuir y participar "de forma desinteresada, real y efectiva al progreso y desarrollo de la sociedad en su conjunto", recordó Pomatta.
En 2004 la Fundación financió, entre otras actividades, 128 proyectos de investigación, de los que 81 se están desarrollando en la Comunidad de Madrid y 47 en centros de investigación del resto de España. A la convocatoria de 2005 se presentaron 326 proyectos.
Por otra parte, la Fundación concede Becas para ampliación de estudios en el extranjero y para la realización de tesis doctoral y premios a los mejores trabajos de investigación. También organiza cursos de distintas especialidades médicas y edita libros de divulgación y DVD de casos clínicos.
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