El principal problema para los inversores ya no es la recesión global, sino el impacto de la retirada de los estímulos de los bancos centrales. Así lo creen los 331 gestores encuestados por Bank of America entre el 6 y el 12 de mayo, ya que sitúan como el riesgo principal en este momento los "bancos centrales agresivos", un peligro que ha adelantado a "la recesión global".
Se trata de dos riesgos conectados, ya que son las políticas de los bancos centrales, que han comenzado un proceso de retirada de estímulos y drenaje de liquidez, las que amenazan con frenar el crecimiento económico hasta crear incluso una recesión mundial.
Ahora los encuestados esperan que la Reserva Federal estadounidense (Fed) aumente los tipos 8 veces en 2022, frente a las seis veces que esperaban el pasado mes de abril. El peligro que supone ahora la política monetaria para los mercados financieros también ha alcanzado cotas nunca vistas.

Otra de las principales conclusiones que deja la encuesta es que el miedo a la inflación se está diluyendo cada vez más. Es una gran mayoría de gestores, casi un 70%, la que cree que la inflación va a ser menor en 12 meses frente a los niveles actuales, lo que confirma que el repunte de los precios habría podido ya tocar techo, una opinión que cada vez se repite más entre los analistas. Los gestores, por su parte, no estaban tan seguros de que habrá una inflación menor dentro de un año desde la época de la Gran Crisis Financiera, lo que encaja dentro del escenario de un frenazo en el crecimiento económico.
La guerra de Ucrania también empieza a quedar en un segundo plano, y ahora se sitúa como el cuarto mayor peligro a ojos de los encuestados.
Cada vez más pesimistas
La última encuesta continúa reflejando un fuerte pesimismo por parte de los gestores. Las expectativas de crecimiento de los beneficios empresariales para los próximos 12 meses, al igual que la de crecimiento de la economía mundial, vuelven a tocar mínimos históricos desde que se empezó a llevar a cabo la encuesta hace más de 30 años.
Las perspectivas de que la economía entre en estanflación también siguen aumentando, y a principios de mayo han alcanzado máximos de la crisis de Lehman, en un momento en el que los gestores infraponderan todas las regiones a la hora de invertir en este momento, con especial pesimismo, eso sí, en la renta variable europea, seguida de las bolsas de mercados emergentes.
En este momento solo hay 6 tipos de activos que los gestores reconocen sobreponderar y, salvo el de las materias primas, todos ellos son defensivos: liquidez, salud, energía, consumo básico y bancos. En el caso de las posiciones de liquidez, los encuestados han incrementado su sobreponderación a este activo hasta niveles no vistos desde el 11-S, hace más de 20 años.

Al mismo tiempo, la exposición a renta variable también se encuentra en terreno negativo: de media los gestores infraponderan la bolsa, y lo hacen con el mayor pesimismo que han visto desde la crisis del Covid-19 en el año 2020.
Otro dato significativo del peligro que perciben los gestores es que, por primera vez desde la crisis del Covid en 2020, ahora prefieren que los CEOs de las empresas en las que invierten se centren en mejorar la solidez del balance de sus empresas, antes que aumentar la retribución o las recompras de acciones, y de incrementar las inversiones en capex.
Evitan el sector tecnológico
El posicionamiento de los gestores hacia los activos más defensivos del mercado tiene su contrapartida en aquellas industrias que mejor se han comportado en los últimos años, en los que los mercados han estado inundados por esa liquidez que los bancos centrales ya han comenzado a retirar. El ejemplo más claro es el sector tecnológico, el rey del siglo XXI, que ha dejado altas rentabilidades a los inversores en este periodo.
Ahora las tornas están cambiando: el posicionamiento de los gestores es el más pesimista con el sector desde el año 2006, peor incluso que el que llegaron a tener en el peor momento de la crisis de Lehman.
A pesar de todo, no es el sector que más desprecian en este momento, ya que en el de las utilities, y el de consumo cíclico, el posicionamiento es todavía más bajo. Otras industrias que ahora no quieren tener en cartera son la de telecomunicaciones y las empresas del sector de la industria.
Freno en las ventas de bonos
2022 está siendo una debacle para los inversores en renta fija, con ventas generalizadas que han desembocado en el año de mayores pérdidas por precio de la historia, según el índice de deuda mundial que recoge Bloomberg. El incremento de las rentabilidades a vencimiento ha sido muy agresivo, y ahora cada vez más gestores creen que las ventas podrían haber tocado techo. Ahora, solo un 34% neto de gestores cree que las rentabilidades no van a seguir aumentando, el porcentaje más bajo desde 2020.