
Los accionistas de Telefónica están, por fin, viviendo un momento dulce con sus acciones, que este año son las sextas más alcistas de todo el Ibex 35, con un ascenso que supera ya el 26%. Recientemente incluso han llegado a rozar los 5 euros (de hecho se paró exactamente ahí, donde se liberaron las órdenes de venta previamente puestas), algo que no sucedía desde el descalabro provocado por el Covid, en febrero de 2020. No obstante, todavía se encuentran a casi un 10% de borrar todas las pérdidas provocadas por la pandemia.
Esta fortaleza ha coincidido además con una mejoría importante de la recomendación que recibe por parte de los analistas, que llegó a acercarse a la compra. Sin embargo, a medida que el precio de la acción ha seguido incrementándose en las últimas semanas, los analistas han empezado a plegar velas y han vuelto a deteriorar ligeramente el consejo que dan, que es de mantener.
Y es que la cara B de esta mejoría se traduce en un fuerte encarecimiento de los múltiplos que se pagan por Telefónica. De cara a los beneficios de este año, cuyas estimaciones no han mejorado, el PER -veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción- ya alcanza las 13,8 veces, un nivel que no se veía, de media anual, desde 1998, cuando la acción cotizaba entre los 13 y los 14 euros.
"Telefónica tiene algunos atractivos claros en su negocio internacional, donde se está acelerando el crecimiento de cara a los próximos años; sin embargo, creemos que en España no habrá crecimiento pese a la consolidación", explican desde Credit Suisse. "Hoy el mercado español es demasiado competitivo todavía, con Digi creciendo mucho con tarifas ultra low cost", añade Juan Peña, analista de GVC Gaesco.
Para el consenso de analistas que recoge Bloomberg, los títulos de Telefónica ya se han quedado sin potencial al alza ya que tiene fijado el precio objetivo medio en los 4,8 euros. No obstante, cada vez hay más casas de análisis que ven a la teleco de Álvarez-Pallete por encima incluso de los 6 euros. Estas son AlphaValue, Deutsche Bank y GVC Gaesco. Juan Peña, analista de esta última, cree que "todavía hay más recorrido ya que vemos fortalezas estructurales frente a debilidades temporales". "Entre las fortalezas claramente está el real brasileño, que después de hacerlo muy mal en los últimos años ahora está recuperando mucho, y lo seguirá haciendo; también vemos una mejora competitiva en el mercado español, que esperemos que mejore más después de la operación entre Orange y MásMóvil y otras operaciones que estén por llegar", agrega Peña, que añade la opcionalidad de que "sigan aflorando valor en sus activos mediante desinversiones y compras selectivas, como ya han anticipado que van a hacer con la fibra rural".
Beneficio normalizado
Según el consenso de analistas que recoge FactSet, su ebitda, después de dispararse por encima de los 21.000 millones el año pasado por las desinversiones extraordinarias, volverá a normalizarse en el entorno de los 12.000 millones de euros, muy por debajo de los 13.500 de 2020 y los más de 15.000 millones alcanzados en 2019.
"Pensamos que el alto apalancamiento es otro viento de cara para la compañía en un entorno de subida de tipos y, por eso, preferimos entrar a Telefónica por las filiales que por la matriz, que ofrecen un mayor crecimiento y menores apalancamientos", señalan en Credit Suisse. "Por el lado bueno, creemos que todavía no está en precio la compra de los activos de Oi ni alguna potencial operación en España o Alemania", añaden. Para el consenso de FactSet, este año cerrará con una relación deuda/ebitda de 2,8 veces. Se sitúa ligeramente por debajo de Vodafone y Deutsche Telekom, y solo por encima de Orange, al que se le calcula un endeudamiento de 2 veces su ebitda.
Bank of America, que estima que Telefónica podría valer incluso un 50% más en los próximos tres años, cree que cada vez hay menos razones para infraponderar Telefónica: el apalancamiento se irá reduciendo gracias a las divisas, mayores sinergias en Brasil y Reino Unido y la resistencia de los flujos de caja en España, además de la propia opcionalidad ya citada de que haya más operaciones de concentración en el sector.
Corte del dividendo
Otro de los factores que han cambiado recientemente en Telefónica es el dividendo. La compañía anunció que, después de los momentos más duros tras la pandemia en los que se vio obligada a pagar en scrip para evitar la salida de caja, ya estaba en disposición de retomar el abono en efectivo a sus accionistas. Eso sí, lo mantendrá, de momento, en 0,3 euros por acción, lo que implica una rentabilidad anual del 6,1% a precios actuales.
El próximo mes de junio se prevé el primer pago del año, que será de 0,15 euros, por lo que se espera que hasta la fecha de corte, Telefónica sea objetivo de los cazadores de dividendos, y a partir de ahí se descuente esa salida de caja del precio de la acción. A falta de confirmación, será abonado a finales de junio y hasta diciembre no se espera que pague los restantes 15 céntimos, amén de alguna potencial recompra de acciones de la que ya ha avisado la propia empresa.
Mejora poco a poco su 'rating' sostenible
Telefónica ha visto mejorar, recientemente, el rating ESG que le otorga MSCI. La teleco, que anteriormente recibía una calificación de BBB, obtiene ahora una A, según recoge Bloomberg. Sigue situándose en la media para MSCI en términos de sostenibilidad, sin terminar de posicionarse como una de las compañías líderes del Ibex en este sentido para este proveedor. Dentro del índice español, lucen la máxima nota (AAA) Iberdrola, Inditex, BBVA, REE, Naturgy y Endesa.