
Las criptomonedas se han convertido en el Salvaje Oeste. La escasa o nula regulación en gran parte del mundo permite que los más aprovechados se lucren con unos activos digitales concebidos inicialmente con el idealista objetivo de operar al margen de los bancos centrales y que la economía quede más ligada a la población y no a grandes instituciones. En la 'tierra sin ley' los forajidos acechan en cada requiebro del camino. Al igual que hace semanas algunos crearon estafas para recibir en sus monederos digitales las donaciones que personas bienintencionadas creían destinar a refugiados ucranianos, o que otros se han lucrado creando una criptomoneda con el bofetón de Will Smith a Chris Rock en los Oscar, también hay quienes se atreven a suplantar al mayor banco ruso y acuñar una criptomoneda en su nombre.
El pasado 17 de marzo el banco central ruso concedió autorización a la mayor entidad bancaria del país, Sberbank, para la transacción con criptomonedas. El banco ya estudiaba desde antes la posibilidad de lanzar su propia divisa digital. De hecho, ya en 2020 el director ejecutivo del Sberbank decía estar en conversaciones con JP Morgan para crear el token que bautizó como Sbercoin, y en enero presentó sus intenciones de forjar un 'stablecoin' ligado al rublo.
La información del 17 de marzo y el recordatorio de ese nombre encendió la bombilla de alguna cabeza pensante. Aquel mismo día se creó el Sbercoin... pero no tenía nada que ver con el banco ruso. El proyecto, al que denominaron Sbercoin.Finance, empezó a prometer a los inversores revalorizaciones anuales superiores al 383.000% si adquirían la divisa. El creador o creadores generaron una página web para el Sbercoin y cuentas en redes sociales como Twitter y Discord donde afirmaban que "al final del año y con una inversión de 1.000 dólares en $Sber puedes ganar 2 millones de dólares en $Sber".
Una de las webs de referencia en el mundo de las criptodivisas, coinmarketcap, empezó a recoger su cotización el mismo día 17, y a partir del 18 su valor solo ha caído. En los chats y foros de internet al respecto, los usuarios advertían que los creadores no estaban cumpliendo sus promesas de retribución para quienes compraron la criptomoneda antes del lanzamiento y que el precio se había desplomado más de un 80% menos de 24 horas después de su puesta en las plataformas de trading.
Su valor pasó del entorno de los 0,0004 dólares en su origen a 0,000008 dólares, una caída del 98%, en poco más de 48 horas. Y siguió cayendo hasta que a inicios de abril algunos medios económicos aludieron a la divisa como legítima. Solo entonces, especialmente tras la publicación de una noticia en Business Insider que erróneamente la daba por legítima, la moneda suplantadora repuntó puntualmente antes de retomar su caída hacia la nada. Su fluctuación deja a las claras que no es la 'stablecoin' que el banco ruso ideó.
De hecho, el Sberbank ya ha negado cualquier tipo de relación con este proyecto digital, subrayando que el Sbercoin oficial aún no se ha lanzado. mientras las cuentas en Twitter y Discord han sido denunciadas por los usuarios y cerradas. En uno de sus canales de Telegram la propia red social avisa de que "muchos usuarios han denunciado esta cuenta como estafa o cuenta falsa" pero otro sigue operando, aunque manteniéndose en silencio durante dos semanas (del 21 de marzo al 4 de abril), tras lo que se ha limitado a enlazar algunos tuits. Pero la página web, registrada el pasado 2 de marzo, sigue operando con normalidad.
A fecha de publicación de este artículo, se han hecho más de 25.000 operaciones de intercambio de esta criptodivisa y la poseen más de 1.700 billeteros, uno de los cuales acumula cerca de la mitad de los tokens al ser una casa de intercambio, PancakeSwap.