
Tras la última reunión de la Fed, el mercado ha pasado de anticipar 4 a 7 subidas de tipos en las próximas citas del banco central y que estas se aceleren en 0,5 puntos y que los tipos estén a final de año en el 1,75%-2% en EEUU. "Es probable que ese aumento de las tasas de interés ejerza una presión a la baja sobre la tasa de crecimiento de las ganancias corporativas, lo que me hace ser más cauteloso este año tanto en el mercado de bonos como en el de renta variable", ha explicado Sergio Ávila, analista de IG, en la presentación de perspectivas de la firma esta mañana en un encuentro online.
En lo que se refiere a la renta fija, el mercado espera que la rentabilidad exigida al T-Note estadounidense suba hasta el 2,40%. "A medida que suben las rentabilidades de los bonos estos son más interesantes en detrimento de la renta variable. Si son más atractivas que las rentabilidades por dividendo puede que veamos un trasvase de dinero", agrega Ávila.
El experto señala que el mercado de bonos está indicado que tanto la Fed como el BCE pueden ir con retraso y que deberían haber tomado medidas antes para frenar la inflación porque ahora tendrán que ser más aceleradas de lo que inicialmente le gustaría al mercado, lo que puede llevar a un freno del crecimiento económico en 2022. "Sin embargo, todavía no se espera que haya decrecimiento económico y no se han invertido las curvas de tipos. Pero sí es cierto que nunca ha habido subidas en bolsa tras una subida de tipos de interés", afirma el experto.
Los sectores estrella en este entorno de alta inflación y en aumento son la banca, petróleo y gas, recursos básicos, industriales, inmobiliarias y cíclicas en general. "Siempre y cuando las medidas de política monetaria no terminen impactando fuertemente en el crecimiento económico, que entonces todo tiende a pasarlo mal", puntualizan desde la firma. En el caso concreto de la renta variable americana, Ávila considera que habría que fijarse en petróleo y gas, bancos mientras no se desencadene una guerra, metales y mineras mirando el corto plazo y consumo defensivo.
Posibles cisnes negros
Desde la firma de análisis identifican hasta seis amenazas que pueden desestabilizar los mercados en 2022. El primero de ellos, que la invasión de Rusia acabe derivando en una guerra en Ucrania. También que el crecimiento sea el menor de lo esperado por nuevas cepas del virus y que esto acabe impactando en los resultados empresariales. Otra tema a tener en cuenta es que Washington aumente los impuestos corporativos, sobre todo a los grandes tecnológicas. Un asunto que no es baladí, ya que nos encontramos en el segundo año de Joe Biden en la Casa Blanca. "Si nos fijamos en el ciclo de las legislaturas de presidentes de EEUU, es en el segundo año en el que se produce el peor comportamiento en bolsa hay porque es el año en el que se suelen dar más medias contra el mercado, mayor regulación, subidas de impuestos, etc".
Otros riesgos identificados son que la deuda corporativa lleve a la quiebra a alguna empresa o que aumenten las tensiones en Oriente Medio por sus consecuencias sobre el petróleo y otras materias primas.
Con este telón de fondo, en IG se muestran menos optimistas en renta variable a nivel de indexación y se muestran más partidarios de la selección individual de valores. En el caso concreto del Ibex 35, piensan que un entorno donde las acciones value lo hagan mejor podrían beneficiar al índice español.