Predecir los acontecimientos y su impacto en el mercado a 12 meses vista es difícil, pero el contexto cambiante de la evolución de la pandemia por Covid-19 y la diferente capacidad de los responsables políticos para responder a sus consecuencias ha hecho que esta tarea sea aún más complicada que en años anteriores. Incluso teniendo en cuenta que variables de gran impacto (pandemia, inflación, normalización de los bancos centrales, mercado laboral, tasa de interés, consolidaciones fiscales, etc.) serán cruciales, es importante detenerse a analizar los riesgos políticos que marcarán la pauta del comportamiento de los mercados en 2022.
Las elecciones presidenciales italianas del 4 de enero abrieron un proceso en el que el actual presidente, Sergio Mattarella, está dispuesto a dimitir a pesar de poder ser reelegido. A continuación, la atención se centrará en las elecciones legislativas de Portugal -30 de enero-, en las que el primer ministro Antonio Costa espera mantener el poder y mejorar su posición en las elecciones anticipadas después de que su gobierno en minoría fuera derrotado en una votación presupuestaria clave.
En cualquier caso, es probable que el impacto de ambas sea limitado en relación con las elecciones presidenciales francesas en los mercados europeos. Aun teniendo en cuenta que los sondeos preliminares tienden a ser inexactos, todo parece apuntar a que Emmanuel Macron se enfrentará a Valerie Pecresse, de Les Republicains, el 24 de abril en segunda vuelta. Los aspirantes de extrema derecha, Eric Zemmour y Marine Le Pen, siguen siendo una fuerte competencia tanto para Macron como para Pecresse en la primera etapa y, en caso de avanzar, supondrían un cambio disruptivo en la dirección de la política francesa. Pese al nivel de incertidumbre, los sondeos preliminares sugieren que Macron es el candidato con más probabilidades de llegar a la presidencia, pero con un margen mucho menor que en 2017.
Siguiendo en la Unión Europea, las elecciones parlamentarias de Hungría en abril pueden ser las más relevantes en cuanto a impacto en los mercados, que seguirán de cerca la dinámica política en el país de cara al proceso electoral. El actual primer ministro, Viktor Orban, se enfrentará al líder de la Oposición Unida, Peter Marki-Zay. Con los partidos de la oposición menos fragmentados que en ciclos anteriores, Orban se dirige a sus elecciones más difíciles desde su regreso en 2010. Las repercusiones del resultado de los comicios pueden ser amplias, ya que el cambio de poder podría hacer que Hungría se alineara más con la UE, suavizando el ritmo político y aliviando las tensiones geopolíticas en la zona.
En el continente americano, aunque los comicios en Brasil no tendrán lugar hasta octubre, las tendencias en los mercados de divisas tienden a aparecer meses antes de que se celebren las elecciones. La preocupación por el techo de gasto, el enfrentamiento de Bolsonaro con el poder judicial y la incontrolable inflación han mantenido al real cotizando cerca de mínimos históricos en el último trimestre de 2021. En paralelo, las encuestas han favorecido sistemáticamente a lo largo del año al ex presidente Lula para recuperar el poder. Los signos de debilidad sostenida del BRL de cara a las elecciones de 2022 son prominentes.
El último factor de riesgo para los mercados en 2022 desde el punto de vista político son las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos. Con una escasa mayoría en la Cámara de Representantes y una división de 50:50 en el Senado, Biden corre el riesgo de seguir los pasos de Obama y perder el control, tanto de la Cámara como del Senado, en las elecciones parciales de noviembre.
Si bien las elecciones de mitad de mandato del Senado favorecieron inicialmente un aumento de la mayoría demócrata, la historia nos dice que los partidos en el poder tienden a perder terreno en las elecciones de mitad de mandato con más frecuencia. Las repercusiones de perder la Cámara de Representantes, el Senado, o ambos, pueden ser grandes para los mercados al limitar la capacidad de los demócratas para aprobar nuevas medidas de apoyo fiscal a la iniciativa Build Back Better. En este sentido, noviembre podría marcar el punto de inflexión de la política fiscal estadounidense.
Abrimos, así, un año complejo para el mercado FX en el que habrá que seguir muy de cerca el devenir de los acontecimientos.