Bolsa, mercados y cotizaciones

China promete más estímulos en 2022 a través de su banco central

  • Intentará asimismo promover un crecimiento sano del sector inmobiliario
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Los estímulos del Banco Central de China no van a terminar en 2021. El organismo se ha comprometido este fin de semana, con un comunicado que ha hecho público, a continuar incrementando las ayudas para la economía del país en los próximos meses. Lo hace después de haber recortado los tipos de interés este mes de diciembre y reducido las exigencias de reservas de capital para la banca, para intentar fomentar que inyecten más liquidez en el sistema.

La economía china no está pasando por su mejor momento, con una crisis de endeudamiento en el sector corporativo y uno de sus gigantes inmobiliarios, Evergrande, al borde de la quiebra. Es por ello que el gigante asiático ha tomado el camino en sentido contrario al que están realizando otras grandes economías, como la estadounidense, que han empezado ya el proceso de retirada de estímulos.

El banco central chino ha reconocido este fin de semana que llevará a cabo una política todavía más "proactiva" y señala que hará buen uso de las herramientas que tiene a su disposición, como el ya mencionado ajuste de las reservas de los bancos nacionales. El organismo se ha referido directamente al sector que ahora parece más vulnerable del país, el inmobiliario.

La entidad ha dicho tener entre sus principales objetivos promover que el sector vuelva a tener un "crecimiento saludable" y que se protejan en todo momento los derechos de los dueños de los inmuebles. También tratará de que el mercado sea capaz de absorber la demanda de activos inmobiliarios que existe en el gigante asiático.

Nuevas restricciones

Las promesas de estímulos no son la única novedad en China con la que ha dado comienzo la semana. Pekín también ha anunciado que va a imponer nuevas restricciones a las empresas locales que salgan a cotizar fuera del país. A partir de ahora, las empresas de los sectores que se incluyan en una lista negra tendrán que pedir permiso al ministerio de Comercio para poder llevar a cabo la operación, y se les impondrán ciertas restricciones.

Entre ellas estará que la participación de inversores no chinos sólo podrá alcanzar el 30%, como mucho, y no podrán participar en las tareas de gestión de estas firmas. Tampoco se permitirá que un solo inversor acumule más de un 10% de una empresa china de este tipo de sectores. Será una regulación que entrará en vigor a partir del 1 de enero y que, según destacan los analistas, está especialmente orientada al sector tecnológico.

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