
En Estados Unidos ya se venden tantas armas que muchas tiendas ya viven una situación de desabastecimiento de munición. Al borde la temporada de caza, el problema de stock ha obligado a los negocios y cazadores de todo el mundo a recalibrar sus municiones. Además de la crisis de suministro, el número de ventas sigue marcando niveles bastante más altos que en 2019 y, en consecuencia, las empresas del sector se disparan con fuerza en el parqué.
El desabastecimiento de munición en determinadas armas llega después de una tormenta perfecta en el sector. El miedo que generó el covid en la población hizo que la demanda se disparase ante los confinamientos, las restricciones y los problemas de abastecimiento en todo tipo de productos. Luego, la incertidumbre por la agitación política en el país, con disturbios en manifestaciones como las de Black Lives Matter o el asalto al Congreso, provocaron otra avalancha de compras.
A pesar de que los expertos creían que la venta de armas bajaría a niveles precovid, la elección de Biden y su proyecto de imponer más restricciones para frenar los homicidios está provocando que los americanos aceleren sus compras. Según los últimos datos de la consultora Small Arms Analytics, en octubre se han vendido 1,53 millones de unidades. A pesar de que es un 20% menos que en 2020, supone un aumento de más del 30% respecto a 2019. El año de la pandemia se saldó con 28 millones de armas vendidas en Estados Unidos y las estimaciones de esta consultoras creen que superará los 20 millones y será un 40% superior a las cifras prepandémicas.
Además de una demanda disparada, también hay problemas de oferta que explican los desabastecimientos de munición. Por un lado, algunas empresas quebraron en 2020 por la paralización de sus fábricas. Este fue el caso de Remington, una de las firmas más grandes del sector. Las empresas que quedan tienen que asumir más encargos y, además, tienen aún pendiente mucha producción aplazada de 2020, cuando los confinamientos y las restricciones mermaron la producción. A todo esto se le suma la escasez de muchos materiales como pólvora, latón o cobre.
Firmas como la californiana AMMO, matriz de GunBroker se frotan las manos ante esta situación. Acaban de cerrar su último trimestre fiscal con un aumento de los ingresos de más del 360% y del 85% en los beneficios. Además, en la presentación de sus resultados confirmaron que aún tienen una cartera de pedidos de 238 millones de dólares aplazados y que resolverán en 2022. Desde marzo de 2020 hasta ahora, su negocio de armas pequeñas se ha disparado un 500%.
En consecuencia, este 2021 AMMO ha subido cerca de un 106% en bolsa, un 17% este mes de noviembre. Por su parte el mayor fabricante de armas cortas del país, Smith & Wesson lleva ya un alza del 28% en un año de volatilidad máxima en las que ha tenido máximos anuales del 80%. Vista Outdoor, fabricante de armas especializado en caza, sube un 91% este 2021, mientras que su rival, American Outdoor, despega un 40%.
Ahora el nuevo desafío que afronta el sector es la temporada de caza que ya ha arrancado en países como España, pero que en EEUU empieza con grandes problemas: no hay munición suficiente para cubrir esta actividad y las ventas de armas cortas a la población al mismo tiempo. Además, la venta de armas no solo aumenta en los pedidos legales, sino que la fabricación de 'armas fantasma' encargadas por internet también atraviesa uno de sus mejores momentos. Queda por ver si 2021 será el final de este rally o el negocio de las armas tiene aún más recorrido.