
Wall Street inicia uno de sus meses más complicados. Tradicionalmente septiembre, junto a febrero, se atraganta entre las mesas de inversión. Prueba de ello está en que desde 1928 el S&P 500 ha generado una rentabilidad bursátil media del -0,1%, con un ratio de ganancias de sólo el 46% de las ocasiones, según datos de Fundstrat. Una dinámica similar se contagia también al Russell 2000.
Este indicador también ha registrado su peor rentabilidad media en septiembre, al tiempo que estableció la segunda peor frecuencia de avance desde su creación en 1979. Dicho esto, con todos los sectores del S&P 1500 cotizando ahora por encima de sus medias de 200 días y todos, excepto el sector energético, del S&P 500 por encima de sus medias de 50 días, la pregunta es si el presente ejercicio se postulará como la excepción que marca la regla.
Desde LPL Financial, su estratega jefe, Ryan Detrick, señala que aunque el mercado alcista "se ha reído de casi todas las señales de preocupación en 2021", la tendencia histórica podría jugar una mala pasada. De hecho recuerda que el año pasado, pese al enorme repunte desde los mínimos de marzo de 2020, "vimos una corrección de casi el 10% a mediados de septiembre".
El S&P 500 ha encadenado ya 7 meses consecutivos de subidas, una de las rachas mensuales más largas de la historia. Tampoco ha tenido una corrección del 5% desde el pasado mes de octubre y con las acciones subiendo más del 100% desde marzo de 2020, los inversores deberían estar abiertos a una posible debilidad estacional. No obstante, Detrick avisa que las acciones seguirán subiendo y que los inversores deberían aprovechar cualquier debilidad como una oportunidad para comprar.
Según justifica, tras una racha de 7 meses de subidas, el S&P 500 ha mantenido esta racha seis meses después en 13 de 14 ocasiones, con una impresionante rentabilidad media del 7,8%. "Esto refuerza nuestra creencia de que un retroceso sería una oportunidad para comprar a precios más baratos", añade.
Los riesgos en ciernes son múltiples. El primero llega este mismo viernes con el dato oficial de empleo correspondiente al mes de agosto. El mercado espera la creación de al menos 748.000 nóminas y que la tasa de desempleo caiga hasta el 5,2%. Este miércoles hemos conocido como el empleo privado aumentó en 374.000 puestos de trabajo en agosto, muy por debajo de la estimación Dow Jones, que barajaba alrededor de 600.000 aunque por encima de las 326.000 de julio, según la gestora de nóminas ADP.
"La variante Delta parece haber hecho mella en la recuperación del mercado laboral", señala en un comunicado, Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics, que colabora con ADP en el informe. "El crecimiento del empleo sigue siendo fuerte, pero muy alejado del ritmo de los últimos meses y sigue ligado a la trayectoria de la pandemia", aclara.
Foco en la Fed
El estado de salud del mercado laboral y la evolución de las infecciones marcarán el tono de la reunión de política monetaria del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal prevista para el próximo 21 y 22 de septiembre. Su presidente, Jerome Powell, ya dijo la semana pasada que es probable que el banco central comience a reducir las compras de deuda este mismo año.
Paralelamente, la expiración en septiembre de las prestaciones adicionales por desempleo instigadas por la pandemia no está dando lugar a una mayor confianza entre las grandes empresas sobre su capacidad para encontrar y contratar trabajadores. La encuesta del Consejo Global de Directores Financieros de CNBC correspondiente al tercer trimestre de 2021 revela que un porcentaje cada vez mayor de empresas estadounidenses afirma que es más difícil contratar, y más del 90% dice que está aumentando los salarios.
La variante delta, la temporada de vuelta a los colegios y el impacto poco claro de los programas de desempleo se suman a la incertidumbre del mercado laboral. Los resultados de la encuesta implican que la escasez de trabajadores y la inflación salarial pueden persistir más tiempo de lo previsto.