
Pekín no está frenando sus esfuerzos regulatorios. En esta nueva semana que acaba de comenzar, el gobierno ha anunciado nuevas medidas para aumentar el control que tiene sobre el sector privado.
En esta ocasión el regulador ha comenzado una investigación contra el banco de inversión China Dragon Securities, la empresa de servicios legales Tian Yuan y la compañía Zhongxingcai Guanghua Certified Public Accountants, tres firmas que están presentes en más de 40 procesos de salida a bolsa en el gigante asiático, operaciones que, por el momento, han quedado bloqueadas.
En principio esta nueva medida no parece estar relacionada con las intenciones del regulador de que las empresas chinas escojan el mercado doméstico para llevar a cabo sus salidas a bolsa, una campaña distinta que está llevando a cabo el Gobierno, y que, según se ha publicado en Bloomberg, podría desembocar incluso en una nueva regulación que ponga límite a estos procesos en el futuro.
El pasado viernes el organismo destacó que tiene la intención de controlar "con medidas estrictas la entrada en los mercados de capitales", y que tendrá "tolerancia cero" con los comportamientos que consideren tengan "mala conducta".
Además, este mismo lunes, las autoridades del país han confirmado sus intenciones de cortar por lo sano con el fraude financiero y que fortalecerán la supervisión que llevan a cabo sobre el uso que las compañías hacen del big data, y que crearán una lista negra de las empresas que consideren que han llevado a cabo prácticas deshonestas.
Entre las operaciones que ahora se han quedado en un limbo, a la espera de una decisión por parte del regulador, está la salida a bolsa del negocio de semiconductores de BYD, la automovilística china que capitaliza más de 116.000 millones de dólares, y que cotiza en el mercado estadounidense a través de un ADR.