El jueves 27 arranca el simposio sobre política monetaria en Jackson Hole con la expectativa de que se adelanten detalles sobre la retirada de estímulos en Estados Unidos, con los índices adelantados PMI de agosto recién publicados (lunes 23), como termómetro de la recuperación.
A estas alturas, el anuncio del tapering (fin de las compras de deuda y subida de los tipos de interés oficiales) de la Reserva Federal (Fed) es lo de menos. Ni se espera, ni se deja de esperar. Se da por hecho, antes o después. Quizá no en Jackson Hole, y sí en la reunión de septiembre. Será lo mismo. Lo realmente importante es el timing de la retirada de estímulos. Y apuntes sobre el calendario sí que podrían surgir en cualquier momento, o se podrían adelantar ante nuevos datos que sigan mostrando claramente la recuperación del empleo, la elevada inflación y, en definitiva, una sólida recuperación económica tras el shock de la pandemia de coronavirus, como ha ido ocurriendo durante las últimas semanas.
Lo último oficial que se sabe es que la primera fase del tapering, una reducción de las compras de deuda, comenzará antes de que termine 2021. "A principios de este año, muchos participantes del mercado anticipaban que Jackson Hole sería el lugar donde [Jerome] Powell [presidente de la Fed] probablemente anunciaría sus planes de retirada de estímulos, pero esa opinión tenía dos defectos: en primer lugar, Jackson Hole rara vez ha sido un evento clave para el mercado; en segundo, lo más importante es que Powell ha sido claro en que los planes de tapering se telegrafiarían con mucha antelación", opina Garrett Melson, estratega de Natixis IM. "Todo el mundo sabe que se avecina, si se ha anunciado o no, no importa realmente, ya que se sabe desde hace meses que está en el horizonte", continúa.
La clave entonces son los tiempos. "El mercado de deuda está ansioso por escuchar al presidente de la Reserva Federal sobre cuándo reducirá las compras mensuales de bonos del Tesoro de Estados Unidos", incide Yves Bonzon, CIO de Julius Baer. "Durante más de un año, la institución monetaria ha estado realizando compras a un ritmo constante de 80.000 millones de dólares mensuales, financiando alrededor de un tercio del déficit federal, y hay buenos argumentos para pensar en que se realizará un tapering pronto, como pueden ser el progreso en el mercado laboral y el nivel actual de inflación, pero también hay factores en contra de tal medida antes de que se conozcan los detalles del próximo presupuesto gubernamental", asegura el experto del banco suizo.

"Dicho esto, argumentamos firmemente que incluso en el caso de una rápida reducción de las compras mensuales de la Fed, seguirá habiendo escasez de activos refugio con rentabilidad positiva", avisa Yves Bonzon.
Riesgo de desaceleración
Algunos datos cruciales escoltaran el encuentro de banqueros centrales en Jackson Hole, después de las dudas que han surgido en China y que han impactado en el petróleo y en otras materias primas por la incidencia de la variante Delta del Covid y sus consecuencias sobre la recuperación.
Por delante, la publicación de los índices adelantados PMI de Estados Unidos, Alemania, del conjunto de la eurozona y de Reino Unido, el lunes 23 de agosto, para el sector manufacturero, y para el de los servicios. Estos indicadores "nos darán pistas sobre las perspectivas de crecimiento para el otoño: en general, el entorno económico, que es la base de los beneficios corporativos, debería seguir siendo favorable", explica Ann-Katrin Petersen, analista de Allianz.
"Seguimos previendo un crecimiento mundial superior al 6% para todo el 2021, esto representaría la mayor expansión en más de cuatro décadas", añade. "Sin embargo, vale la pena analizar más detalladamente las economías individuales: en EEUU, en particular, las probabilidades de sorpresas favorables se han reducido; después de todo, la economía ya está en auge", continúa. "Nuestro índice Global Macro Breadth Index ya apuntaba a una ralentización en julio, con una mejora de los datos de la eurozona y Reino Unido, compensada por unas cifras más moderadas de Estados Unidos, Japón o China (que retrocedió por tercer mes consecutivo)", observa.
Por detrás, el viernes 27 de agosto se conocerá el indicador de inflación preferido por la Fed, el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE). La inflación medida según este índice alcanzó el 4% interanual en julio, una cifra considerablemente superior al objetivo medio del 2% del banco central. Los inversores siguen preguntándose si el repunte de la inflación se debe principalmente a efectos puntuales que podrían tener un papel poco relevante en 2022.