
El equipo de estrategas de Bank of America liderado por Michael Hartnett, ponen de manifiesto en su último informe sobre flujos de capital un interesante apunte.
Según señalan una cartera muy diversificada del 25% en acciones globales y un porcentaje similar en bonos, materias primas y efectivo disfruta ya de rendimientos máximos en lo que llevamos de años, alcanzando así una rentabilidad anualizada del 16%. Este supone su mejor rendimiento desde 1987.
Sin embargo, los clientes de banca privada de Bank of America, con un total de 3,2 billones de dólares de activos gestionados, siguen favoreciendo a la renta variable sobre cualquier otro activo, con una exposición del 64,8%. Por su parte, el 18% de su cartera está dirigida a los bonos y a aproximadamente el 10,8% a mantener una posición en efectivo.
Precisamente, durante la semana pasada, un total 24.700 millones de dólares fueron destinadas a posiciones en efectivo, 12.100 millones de dólares en bonos, 4.800 millones de dólares en acciones y 700 millones de dólares en oro (la mayor cantidad en 8 semanas).
En lo que a renta variable se refiere, la semana pasada se postuló como la sexta de entradas en el sector tecnológico (1.200 millones de dólares), séptima semana de entradas en el sector sanitario (300 millones de dólares) y mayor salida de la renta variable de los países emergentes en 6 semanas (1.600 millones de dólares).
Según las observaciones que realizan Hartnett y su equipo los bonos con grado de inversión y los semiconductores vuelven a estar en máximos, ambos liderando un mercado alcista de "estancamiento secular". Aprecian también una "huida hacia la calidad" sigilosa en lo que llevamos del segundo semestre: los servicios públicos, la atención sanitaria y los REITs son los sectores que mejor funcionan en el S&P 500.