
En el brutal crash del Covid, entre los días 18 de febrero y el 23 de marzo de 2020, el MSCI World se desplomó un 34,1%. Su versión de baja volatilidad, el MSCI World Minimum Volatility Net Total Return, cedió 5 puntos menos, un 29,2%. Pero esta versión de beta baja también tardó bastante más -un año entero- en recuperar el nivel pre-Covid, (el MSCI World lo consiguió en 8 meses).
La beta es una medida de riesgo relativa que se utiliza para medir la correlación de un valor respecto a su índice de referencia, de manera que cuanto más baja es, mejor soportará las caídas del mercado, y viceversa, en subidas también ascenderá menos. En mercados alcistas, las compañías con beta superior a 1 suelen ser las mejores aliadas de quienes quieren amplificar los movimientos de las bolsas y aspiran a ganar más; mientras que en momentos de incertidumbre las betas por debajo de 1 pueden ser buenas cómplices de quienes quieren vivir tranquilos.
Los grandes 'picos' en el Vix los generan los desplomes bursátiles, que suelen ser mucho más abruptos que las subidas, explica Susana Felpeto, de atl Capital
Las grandes subidas del Vix (el llamado índice del miedo, que mide la volatilidad) se producen fundamentalmente cuando el mercado cae bruscamente, no cuando sube. El motivo es que los desplomes suelen ser mucho más abruptos que las subidas. "Tiene sentido", explica Susana Felpeto, directora de Renta Variable en atl Capital, "porque el mercado cotiza expectativas, y cuando existe una sensación de inseguridad el inversor lo que quiere es hacer liquidez cuanto antes; por el contrario, volver a tomar posiciones es algo mucho más progresivo". La inversión en valores de baja volatilidad tiene por objetivo precisamente escapar a esas caídas tan verticales.
"Creo que actualmente nos encontramos en un buen momento para tener fondos de baja volatilidad", señala Felpeto, que comenta: "Se está produciendo una recuperación económica, por lo que al mismo tiempo estamos más cerca de una normalización de la política monetaria por parte de los bancos centrales; eso no quiere decir que vaya a ser este mismo año, o el próximo, pero sería lógico pensar que queda menos tiempo para que esos organismos dejen de comprar tantos activos, y que comiencen las subidas de tipos, todo esto asociado a que la inflación está viviendo algún tipo de movimiento, cuando en la última década ni siquiera se ha hablado de ella". Esa retirada de estímulos, explica la experta, "afecta, en el muy corto plazo, a los mercados; por más que se esté produciendo una mejora de la economía, el mercado, de entrada, puede sufrir algún tipo de ajuste".
De ser así, lo adecuado es "estar en valores de baja volatilidad, que suelen ser valores más value, que suelen tener menos deuda, de modo que ese tipo de movimientos de los tipos debería afectarles menos", aclara, aunque también señala que, en lo relativo a las betas, no hay blancos y negros.
Se esperan más descensos
La última reunión del banco central de Estados Unidos no alteró a los mercados, que sobre todo a este lado del Atlántico no acaban de despegar, y continúan afrontando el riesgo de sufrir más caídas. El mercado todavía tiene que surfear en el mes de agosto dos grandes olas: por un lado, los posibles movimientos que puedan producirse en Jackson Hole y, por otro, las caídas del mercado chino.
Desde el punto de vista técnico, el analista técnico y asesor de Ecotrader (el portal de inversión premium de elEconomista), Joan Cabrero, explica: "Todavía no se descarta que podamos asistir a una consolidación más amplia en próximas semanas, sobre todo si al otro lado del Atlántico los principales índices consolidan parte de los últimos y fuertes avances, algo que no nos sorprendería".
Betas bajas en el Ibex
También desde Renta 4 incluyen ese concepto de beta baja en sus carteras actuales. Lo explica Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia de Renta 4 Banco: "Si la visión es de medio plazo y en nuestro escenario base que sigue siendo de recuperación (aun cuando dicha recuperación pueda ser menos intensa de lo inicialmente esperado, aunque ya esperábamos baches), la cartera de inversión debería ser una combinación de ciclo (60%) y defensivo (40%), éste último asociado en general con beta baja".
Dentro del índice de referencia de la bolsa española, Aguirre señala que ese 40% defensivo podría incluir valores como Cellnex, Grifols, CAF, Dominion, Talgo, Logista, Endesa, Zardoya Otis, Iberdrola o Ebro Foods.
A Cellnex, y en general a compañías "en continuo crecimiento", apunta también José Ramón Boluda, director de inversiones y productos y senior portfolio manager de Singular Bank, que explica que "la medición de la beta de determinados valores pueden darnos información útil a la hora de construir una cartera".
Según recoge FactSet, el operador de torres de telecomunicaciones presenta una de las betas a 10 años más bajas del Ibex 35. En ese grupo de valores poco pegados al índice encontramos también al fabricante de envoltorios para la industria cárnica Viscofan, el fabricante de hemoderivados Grifols, Almirall, Red Eléctrica, Enagás, Fluidra, Endesa, PharmaMar y CIE Automotive (ver gráfico).
En el lado opuesto, los valores que, con datos correspondientes a los últimos 10 años, más han sobrerreaccionado a los movimientos del Ibex, son ArcelorMittal, ACS, Bankinter y Sabadell.
En cualquier caso, en el corto plazo, explica Boluda, los datos pueden estar "influidos por la polarización que el mercado ha tenido en los últimos años entre activos de crecimiento (que en teoría deberían acarrear mayor riesgo) y que han sido los favoritos de los inversores y aquellos con magnitudes más recurrentes que han sido penalizados por la comunidad inversora".
La recomendación del experto, en cualquier caso, "estaría basada en un proceso de selección de activos más amplio, en el que la diversificación sectorial nos permitiese acceder a todo tipo de compañías; la diversificación como media de riesgo sigue siendo un factor básico", comenta.
Boluda también señala que, aunque tradicionalmente las betas bajas se hayan relacionado con valores defensivos y con compañías con su negocio en un ciclo maduro, la pandemia de coronavirus que hemos vivido ha alterado las cotizaciones más allá de los propios fundamentales de las empresas. De ahí que actualmente sea posible encontrar valores con crecimientos muy elevados que presentan betas bajas, y que ya no sea del todo correcto asociar betas reducidas con compañías de bajo crecimiento y defensivas.
Fondos de bolsa española
Si nos ceñimos a los productos de bolsa española, el más rentable -entre aquellos que, según los datos de Morningstar, tienen una desviación típica inferior a la media- es el BPI GIF Iberia Class R. Entre sus pesos pesados, valores que, curiosamente, no se cuelan entre las betas bajas: BBVA, Iberdrola, Inditex y Amadeus. Obtiene un 3,6% anualizado a 3 años. Para realizar esta selección se han tenido en cuenta los productos disponibles para su venta en España, en euros, que presentan, según los datos de Morningstar, una desviación típica inferior a la media.
Lo sigue el March International Iberia Class A EUR, con un 2,3%. En él tiene un peso importante el consumo cíclico, y entre sus principales valores están Arima Real Estate Socimi, BBVA, Edreams y Alantra Partners.
Un tímido 0,54% anualizado se anota en el trienio el Gesconsult Renta Variable A FI, un producto en el que los dos mayores pesos sí los tienen dos valores que se encuentran entre los tradicionales de beta baja: Cellnex, que pondera un 6,4%, y CIE Automotive, con un 5,5%.
En cuarto lugar, con una revalorización del 0,25%, se sitúa el Fidelity Funds - Iberia Fund E-Acc-EUR, un fondo que ha batido a su categoría (renta variable España) en cuatro de los últimos cinco años, aunque no lo está haciendo en 2021. Entre las compañías con más relevancia en la cartera también se encuentran valores que a lo largo de los últimos 10 años han estado despegados del comportamiento del índice, como pueden ser Grifols y Fluidra.
Los globales más rentables
Si nos fijamos en aquellos fondos de renta variable global con volatilidad inferior a la media, destacan, por su rentabilidad anualizada a 3 años, un producto de Degroof Petercam, el DPAM INVEST B - Equities World Sustainable A Dis, que se anota un 17,7% anualizado en el trienio, y que tiene un peso muy relevante en los sectores tecnológico, de la salud y financiero. Entre las compañías con más ponderación en la cartera encontramos nombres tan conocidos como Microsoft, Adobe, Nvidia o PayPal.
En segundo lugar se sitúa el Legg Mason Martin Currie Global Long-Term Unconstrained Fund Class A Euro Accumulating, un producto que se etiqueta en la categoría RV Global Cap. Grande Growth, según Morningstar, a la que ha batido en cuatro de los últimos 5 años , incluido el actual. Tecnología, salud y consumo cíclico son los sectores más presentes en la cartera, en la que Estados Unidos pesa un 35%, la zona euro un 19% y el Asia Emergente un 10%. Los valores con posiciones más relevantes son Taiwan Semiconductor Manufacturing, WuXi Biologics y Kinsgpan Group.
El tercero con mejor registro anualizado en el trienio es el Cape Equity Fund Internal A EUR, que bate a su categoría (renta variable global, grande blend), de forma consistente desde 2017. Industria, salud y tecnología tienen un peso específico, y en cuanto a valores destacan Carrier Global, Hitachi, Essilorluxottica y Air Liquide.