
El comienzo de sesión de Wall Street, claramente negativo por la posibilidad de bancarrota de General Motors, ha afectado muy negativamente a los mercados europeos. El selectivo español se mueve en mínimos con caídas del entorno del 3,5%, muy por debajo de los 7.700 puntos, con BBVA y Santander liderando las caídas. Cierre: el Ibex 35 corrige un 4,12% y afea el esperado cierre mensual.
"Después de una apertura con amplio hueco a la baja y una primera hora de negocio netamente bajista, los principales índices europeos desarrollan a esta hora la clásica consolidación de niveles. No se han alcanzado zonas de soporte, por lo que todavía no nos sorprendería que pese a eventuales rebotes de corto, las caídas luego se vuelvan a imponer hasta esos soportes", señalaban los analistas de Bolságora en Ecotrader.
"El hueco abierto hoy a la baja es ahora la resistencia a vigilar. De este modo, mientras no asistamos al cierre de este hueco, esto es, asistir a la superación de los niveles donde cerraron los índices el viernes, la presión vendedora podría seguir manteniendo el control y la corrección continuar. Por el contrario, si se recuperan niveles de cierre del viernes, todo apuntaría a una continuidad en los ascensos de las últimas semanas", añadían.
La noticia del día sin duda es la intervención de Caja Castilla La Mancha por parte del Banco de España, lo que ha sembrado de ventas a todo el sector.
"Esta intervención supone que el sistema financiero español no es inmune a la situación internacional, y se produce tras un rally de doble dígito en el último mes. En conclusión, esperamos un mal comportamiento del sector a corto plazo", dijo Banesto en una nota a sus clientes.
Pero además, los mercados financieros se ven afectados por el rechazo del gobierno de Obama de los planes de reestructuración de Chrysler y General Motors.
Prueba para los alcistas
Los mercados mundiales estarán totalmente pendientes de los momentos decisivos del rally de Wall Street, que esta semana se enfrenta a la prueba de fuego para su continuidad.
En efecto, la semana pasada consiguió superar niveles tan importantes como los 800 puntos del S&P 500, pero no fue capaz de ir más allá, con lo que todavía no podemos hablar de ruptura fiable. Para ello, esta semana debería retomarse el rally más allá de toda duda para que los alcistas puedan respirar. Sin embargo, los analistas son bastante escépticos y más bien esperan que se profundice la corrección antes de intentar el escape alcista definitivo.
En buena medida, la resolución de este dilema dependerá de la avalancha de datos económicos que se conocerán los próximos días, referidos a la vivienda, sentimiento del consumidor y producción. Pero la gran estrella será, como todos los meses, el dato de paro de marzo, que conoceremos el viernes. Se espera una destrucción de 650.000 empleos.