
En conmemoración al día mundial de la tierra que fue ayer, Bank of América ha publicado un informe sobre la implicación del cuidado del medioambiente de las compañías del S&P 500. Uno de los principales aspectos que destaca la entidad es que las empresas vinculadas a bajas emisiones y eficiencia del agua cotizan sobre múltiplos más altos y por tanto más caras que las que son menos responsables. Además, los expertos advierten que "las empresas que no revelan ningún dato sobre sus emisiones comercian con un descuento aún mayor".
Según la entidad, las compañías con emisiones de carbono por encima de la media del selectivo cotizan sobre un valor en libros (este indicador relaciona la capitalización bursátil de una compañía con el valor de sus fondos propios) situado entre las 4,2 y 4,3 veces, lo que supone que coticen con un descuento superior al 18,6% respecto a las empresas comprometidas con bajas emisiones, que se sitúan sobre las 5,1 veces.
Los expertos también destacan que las compañías con mayor eficiencia del agua cotizan hasta un 13% más caras que las menos responsables, ya que el PER (número de veces que el beneficio estimado está recogido en el precio de la acción) de las menos consideradas con el uso del agua se sitúa entorno a las 20,9 y 15,9, mientras que el ratio precio-beneficio de las más ecológicas con este bien oscila de las 21,5 hasta las 17 veces.
El informe apunta que la mayor parte de las emisiones de carbono vinculadas al S&P 500 (el 70%) son generadas por la industria, los servicios públicos y la energía, a pesar de que estos sectores sólo representan el 15% del total del índice. Por su parte, los sectores de consumo representan la mitad del total de residuos generados por las empresas del S&P 500, mientras que la tecnología ocupa el segundo lugar. Los expertos también señalan que los sectores de consumo básico y discrecional se encuentran entre el mayor porcentaje de empresas con iniciativas de reducción de residuos.
Desde BofA aseguran que "las empresas están tomando medidas voluntarias, aunque en muchos casos han requerido un empujón de los inversores, clientes y empleados, para protegerse y encontrar oportunidades en un cambio global hacia las energías renovables". Los analistas también recalcan que estas acciones se adelantan a una regulación más estricta por parte del gobierno de Biden, que obligará a las empresas a dejar al descubierto su riesgo de cambio climático e informarlo de manera uniforme. A pesar de que aún no sea obligatorio los expertos han destacando el "sorprendente enverdecimiento" del S&P 500 durante los últimos años.
Dentro del selectivo, de las empresas que tienen objetivos neutrales en carbono, las financieras serán las primeras que lo cumplirán, han fijado la fecha en 2022. La energía, los servicios públicos, los materiales y los bienes inmuebles serán los últimos en alcanzar estas metas, ya que su año clave se sitúa en el 2050.
"Si bien es probable que los perdedores a largo plazo se encuentren dentro de los sectores tradicionales impulsados por las materias primas y el petróleo (que han reducido su calificación y las tenencias de los inversores), a corto plazo podríamos ver más riesgos al alza que a la baja para la energía y las materias primas en función de la recuperación cíclica que parece estar en marcha", afirman los expertos.
Desde el banco de inversión concluyen que las políticas climáticas podrían suponer en un crecimiento más débil a corto plazo, pero que deberían producir resultados positivos significativos a largo plazo, ya que la economía verde genera innovación y reduce los costos del cambio climático