Bolsa, mercados y cotizaciones

El superciclo de materias primas tiene en los bancos centrales su cazafantasmas

  • Se contempla la llegada de una tendencia alcista que puede durar décadas
  • Las previsiones de inflación del BCE y la Fed no encajan con este escenario
Imagen: eE
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El último año ha sido una montaña rusa para las materias primas. La crisis del Covid-19 se llevó por delante los precios de los principales recursos básicos que cotizan en el parqué, al paralizar la demanda durante varios meses por los confinamientos que se decretaron a lo largo de todo el mundo.

Sin embargo, la recuperación de los precios de las materias ha sido rápida, y en sólo un año el precio de la cesta de Bloomberg, el Bloomberg Commodity Index, ha experimentado una subida del 44,5%, pasando de los 59,5 puntos en marzo de 2020, hasta los 86 que llegó a tocar en febrero de 2021. Esta subida ha llevado a muchos analistas a avisar de la posibilidad de un nuevo superciclo alcista de las materias primas, que se alargará durante años.

La posibilidad de que haya repuntes en la inflación, una circunstancia que se puede acelerar si continúa la subida de precios de las materias primas, ya ha empezado a impactar en los mercados financieros en los últimos meses, generando repuntes en las rentabilidades de la deuda y un frenazo en las subidas que se venían produciendo en activos de riesgo como la bolsa. Sin embargo, no todos los expertos opinan igual y hay quien descarta que un superciclo de materias primas se vaya a materializar en el futuro cercano.

Los dos grandes bancos centrales del planeta, la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), prevén que los repuntes inflacionistas se producirán a medio plazo, y descartan aumentos significativos de los precios en los próximos años, una estimación que choca con aquellos que sí esperan que se produzca un superciclo de largo plazo.

Los mensajes más recientes de Christine Lagarde, presidenta del BCE, y de Jerome Powell, su homólogo en la Fed, apuntan a que la inflación seguirá siendo débil en los próximos años. Además, si no fuese así, y a pesar de que en los últimos meses han reconocido que permitirán ciertos repuntes a corto plazo de la inflación sin aumentar los tipos de interés, tanto la Fed como el BCE tienen la determinación de evitar un fuerte aumento de la inflación.

Herramientas no les faltan, ya que tienen en su mano el desmantelamiento de los programas de compras de deuda, la retirada de las operaciones de refinanciación para la banca, o incluso directamente una subida de tipos de interés, para evitar que el fantasma de la inflación sea un problema para la economía de la zona euro y de Estados Unidos.

Los motivos del encarecimiento

En los últimos 12 meses la subida de las materias primas ha sido especialmente significativa para recursos como la madera o el petróleo. La primera sube un 249% en este periodo, mientras el barril de crudo europeo, el Brent, prácticamente ha doblado su precio. Todos los metales industriales están en verde en el último año, con el aluminio subiendo casi un 100%, y el estaño y el cobre repuntando más de un 80%.

La esperanza de que las vacunas traerían de vuelta la normalidad tras la crisis del Covid, con un aumento de la demanda de activos cíclicos asociado, está detrás del repunte. Sin embargo, no es el único argumento a favor de las subidas; el uso del transporte marítimo para mover material sanitario también ha contribuido a los avances, multiplicando por más de 3 veces el precio de los fletes en las principales rutas que se utilizan para el comercio mundial.

El repunte de los precios ha llevado a muchos analistas a tratar de anticipar el futuro que depara a estos activos en los próximos años y muchos de ellos apuntan a la posibilidad de que en 2020 haya dado comienzo un nuevo superciclo alcista para las materias. Goldman Sachs dio el primer aviso en enero, con el pronóstico de que todo apuntaba a que se repetiría lo que ya ocurrió en la primera década del 2000. "Mirando a este periodo, creemos que las mismas fuerzas estructurales que impulsaron los precios en los años 2000 parecen estar en juego", explicaba el banco estadounidense.

La inversión para la llamada 'revolución verde' favorece la llegada de un nuevo superciclo alcista

En aquel momento, la industrialización y el rápido crecimiento de China, que emergió como potencia mundial en esos años, fue uno de los catalizadores alcistas más claros, hasta la llegada de la crisis financiera de 2008. Ahora, en opinión de Goldman, la llegada de la revolución verde, con el mundo aunando fuerzas para aumentar la sostenibilidad y reducir las emisiones de carbón en los próximos años, apunta a que desembocará en un superciclo alcista de las materias.

Esta transición "tiene potencial para generar un ciclo de inversión en capex similar al ciclo que trajo el crecimiento de los mercados emergentes en los 2000", explica el banco. No son los únicos que apuestan por este escenario para los próximos años.

Desde Schroders esgrimen el mismo argumento, e incluyen además el impacto que está teniendo la falta de oferta de materias primas, después de años de caída de la inversión en la producción de muchos de estos recursos. "Vemos varias similitudes estructurales entre los principios de la década de 2020 y los principios de la de 2000, la última vez que las materias primas comenzaron un largo y poderoso ascenso a precios récord", explican.

"Ahora, como entonces, hemos visto una importante reducción de la inversión en el suministro de materias primas con el capex en las empresas de petróleo y gas y minería cayendo alrededor del 40% desde 2011. A principios de la década del 2000, China representaba una fuente importante de demanda de materias primas. Hoy, podemos estar a punto de entrar en un período sin precedentes de inversión de capital global coordinada para facilitar la transición energética", explica la gestora británica, coincidiendo con la previsión de Goldman.

No todo el mundo lo da por hecho

Aunque hay mucho optimismo por parte de distintas firmas de inversión, no todo el mundo tiene tan claro que las últimas subidas sean el arranque de un nuevo superciclo. Desde el banco estadounidense JP Morgan mantienen buenas perspectivas para las materias, pero, en opinión de Ian Hui, estratega global de mercados de la firma, "todavía es pronto para denominarlo un nuevo superciclo. Hay bastantes factores positivos para las materias primas, pero la mayor parte parecen ser cíclicos, más que un cambio estructural significativo que impactará a la demanda durante décadas", considera. Pero avisa de que "el impulso a las renovables es uno de los factores estructurales de este tipo, pero todavía debemos ver más compromiso por parte de los políticos".

Eso sí, sea o no el inicio de un superciclo alcista, Hui reconoce que "las expectativas para las materias siguen siendo alcistas a medio plazo debido a la recuperación actual, que apoyará a distintos sectores cíclicos, incluido el de la energía y el de los materiales".

La gestora británica Janus Henderson comparte este punto de vista. "Aunque han aparecido recientemente avisos de que se está produciendo un nuevo superciclo, nosotros preferimos caracterizar el encarecimiento de los mercados de materias primas como una reversión de largo plazo hacia su precio justo, en relación con la renta variable global", señalan. "Que sea o no el arranque de un superciclo alcista no es tan relevante, como el hecho de que, si la historia sirve de algo, las materias primas deberían mejorar el comportamiento de las bolsas mundiales durante unos cuantos años", reconocen.

Desde Groupama AM, por su parte, consideran que el último superciclo alcista de las materias primas es demasiado reciente como para que ahora se vaya a producir uno nuevo. "La hipótesis de un superciclo alcista, especialmente en las materias primas industriales, es aún más dudosa dado que los factores que desencadenaron precisamente los ciclos alcistas anteriores no están en su lugar. De hecho, no hay perspectivas de que surja una nueva potencia industrial, ni siquiera una necesidad de reconstrucción tras destrucciones masivas de infraestructuras", explica la gestora, que, como Janus, quiere dejar claro que "si bien la tesis de un superciclo no nos parece la más probable, esto no contradice el alza coyuntural de los precios de las materias primas. De hecho, los impulsos presupuestarios excepcionales, particularmente en Estados Unidos y sobre todo, la perspectiva de planes de infraestructura (en Europa y al otro lado del Atlántico) constituyen un vigoroso apoyo al alza de los precios de las materias industriales", sostienen.

Los bancos centrales no lo contemplan

El Banco Central Europeo está muy pendiente de cómo se están desarrollando los acontecimientos en el mercado de recursos básicos en los últimos meses. "Nuestro contacto con los negocios nos han hecho ser conscientes de que hay una percepción de mayor inflación, en un contexto de aumento de los precios de las materias primas", explica el BCE en las actas de la reunión de marzo, que se publicaron el pasado jueves. "Los embotellamientos en las cadenas de suministro y el incremento de los costes de producción obligan a vigilar de cerca el desarrollo de los precios en el futuro", reconocen.

Sin embargo, el Consejo de Gobierno de la entidad concluye que, por el momento, "estamos de acuerdo con que la sorpresa al alza que ha dado el último dato de inflación, así como la revisión al alza de nuestras previsiones para el año 2021, se deben principalmente a factores temporales, que esperamos vayan disipándose", explican, y destacan cómo las previsiones que maneja la entidad todavía están "bien por debajo de nuestro objetivo de inflación". Este objetivo está marcado en el 2%, y las estimaciones del BCE apuntan a una inflación media del 1,5% para 2021, del 1,2% para 2022 y del 1,4% para 2023.

Las previsiones de inflación que maneja la Reserva Federal para la economía estadounidense son bastante más elevadas, y superan el umbral del 2%, tanto este año como los dos siguientes (en 2022 la previsión se mantiene en el 2%). Si bien es cierto que Powell se ha comprometido a permitir que la inflación supere la barrera del 2% (el objetivo de la Fed, igual que el del BCE) antes de tomar medidas con las que endurecer la política monetaria del país, los niveles de inflación que prevé la entidad no parecen encajar en un escenario de superciclo alcista de materias primas.

De hecho, en marzo Powell ha destacado que "la inflación apunta a subidas, pero lo más probable es que sean temporales". Eso sí, en el seno de la entidad estadounidense parece haber más miedo que en el BCE a un repunte inflacionista que estaría relacionado con la subida de las materias.

Las actas de la última reunión de la Fed muestran una entidad dividida, entre quienes creen que los cuellos de botella en la producción, junto a la fuerte demanda, impulsarán a la inflación "más de lo que se estima", y aquellos que creen que serán factores temporales. Sea como sea, tanto la Fed como el BCE tienen herramientas disponibles para intentar frenar el avance del fantasma de la inflación.

El BCE tiene previsiones de inflación por debajo de su objetivo; en la Fed hay más miedo por un repunte

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