Aunque el escenario de salida de la pandemia viene cargado de incertidumbres, la tendencia a la recuperación es nítida, especialmente en EEUU. En esta tesitura, los gestores ya piensan en una cartera post-pandémica con la que subirse al tren de las ganancias.
A la hora de plantearse esta rotación, la jefa de estrategia de activos globales de Wells Fargo, Tracie McMillion, partidaria de reequilibrar y diversificar trimestralmente, enumera en un informe recogido por MarketWatch cinco estrategias para comenzar este giro.
1. Diversificar entre sectores y clases de activos de renta variable. "Esperamos que la economía global crezca más rápido que la economía de EEUU, por lo que la diversificación global puede ser cada vez más importante para capturar ganancias de renta variable a nivel mundial", enfatizan McMillion y su equipo. Por ejemplo, los mercados emergentes podrían recuperarse más rápido y ofrecer oportunidades más atractivas que los desarrollados.
En cuanto a las acciones estadounidenses, sugieren seguir una estrategia Barbell con mayores asignaciones para acciones de pequeña y gran capitalización con orientación cíclica. Aunque los analistas esperan impuestos corporativos más altos, dicen que el crecimiento y el gasto fiscal podrían compensar eso. Su consejo final es ceñirse a tecnologías de la información, finanzas, consumo discrecional, materiales, industria y servicios de comunicación.
2. Ser muy selectivo con la renta fija. "El mercado alcista de casi 40 años en los precios de los bonos está disminuyendo. Se espera que las tasas de interés aumenten modestamente y luego se mantengan cerca de mínimos históricos, probablemente negando la oportunidad de ganancias de capital significativas en renta fija", diagnostican los expertos de Wells Fargo.
"En el actual entorno de bajos rendimientos, los inversores en renta fija deberían considerar asignaciones a clases de renta fija de alto rendimiento, incluidos los bonos corporativos y los bonos de mercados emergentes, pero los inversores deberían hacerlo con criterio en función de su tolerancia al riesgo", añaden.
3. Mayor exposición a materias primas. "La continua mejora de la economía mundial debería respaldar una sólida demanda de materias primas. Además, es probable que los niveles de oferta sigan siendo limitados a corto plazo, en parte porque las caídas de los precios del petróleo del año pasado devastaron a los proveedores más débiles. Los proveedores que quedan pueden tardar en responder al aumento de la demanda, lo que debería favorecer la subida de los precios", opinan desde Wells Fargo.
"El oro y otros metales preciosos pueden servir de cobertura de la volatilidad para las carteras que se diversifiquen de los bajos rendimientos de la renta fija, y los precios de las materias primas agrícolas pueden seguir subiendo por el aumento de la demanda", apuntan también.
4. Utilizar estrategias de cobertura para mitigar el riesgo a la baja y aprovechar la creciente actividad de fusiones y adquisiciones. "Creemos que los fondos de cobertura y las estrategias de capital privado que sepan aprovechar las tendencias posteriores a una pandemia deberían funcionar bien en 2021; algunos incluso pueden ofrecer una posible cobertura del riesgo a la baja. A medida que aumenta el volumen de fusiones y adquisiciones, tanto el arbitraje de fusiones como los gerentes activistas deberían beneficiarse", señalan McMillion y los suyos en la nota.
"La ampliación de los niveles de dispersión (diferencias en los rendimientos de los activos individuales) también debería beneficiar a las estrategias de cobertura de acciones y a los administradores activos seleccionados", subrayan igualmente.
5. Invertir en empresas punteras y en activos generadores de ingresos a través del capital privado. "Las pequeñas empresas innovadoras y las nuevas empresas que proporcionan y utilizan tecnología de vanguardia deberían ofrecer oportunidades a los inversores. La deslocalización de las cadenas de suministro también puede crear oportunidades para nuevas empresas", remachan los analistas del banco estadounidense.