
En marzo, en lo peor del crash, el dinero siguió entrando en ETF (fondos cotizados) sostenibles, un segmento aún relativamente pequeño, pero que da una idea del interés que en 2020 despertó la inversión responsable. Lo explicó, en una entrevista concedida a elEconomista el pasado abril, Aitor Jauregui, responsable en España, Portugal y Andorra de BlackRock (banco que acapara, a través de iShares, cerca de la mitad de la inversión global en fondos cotizados sostenibles).
El año de la pandemia ha permitido a la inversión ASG (en base a criterios ambientales, sociales y de buen gobierno) quitarse de encima el estigma de que es menos rentable. El índice MSCI Europe ESG Leaders Index (integrado por 210 compañías con mejor rating de sostenibilidad que sus comparables) se revalorizó un 3,6% en 2020, frente a la caída del 8,2% que experimenta el tradicional MSCI Europe (con datos a cierre del 21 de diciembre). Esta diferencia entre el índice clásico y el sostenible es mucho más llamativa en Europa que a nivel global o en EEUU; la versión sostenible del S&P 500 solo lo aventajó en 1,5 puntos porcentuales.

La otra cuestión que se ha puesto de relieve en un año frenético es que, en fase de desplomes, la empresas responsables aguantan mejor.
También ha sido un gran año para las emisiones de bonos verdes, sostenibles y sociales, tanto en España como a nivel global. En este país, a mediados de noviembre se habían alcanzado ya unos 13.000 millones de euros en emisiones en 2020, un 34% más que en todo 2019. En el mundo, según los datos de la Climate Bonds Initiative, organismo de referencia en lo relativo a las emisiones de verdes, la emisión acumulada hasta la fecha superó el pasado diciembre, el billón de dólares (trillion estadounidense) desde la creación de este mercado en 2007.
El año de la digitalización 'exprés'
Con una subida que alcanzó el 45% en 2020, el tecnológico Nasdaq 100 fue el gran ganador del año. En palabras de Jody Jonsson, gestora de renta variable internacional de Capital Group, en la era del coronavirus "se ha abierto una enorme brecha entre las compañías que ya contaban con sólidas capacidades para el comercio electrónico internacional y aquellas incapaces de realizar su actividad online de manera ágil".
Así que 2020, pese a haber sido un año complicadísimo en múltiples aspectos, "también ha sido uno de los mejores para las grandes multinacionales con modelos de negocio digitales eficientes, ya que, en muchos casos, su crecimiento se ha disparado durante la crisis". Entre ellas están Amazon, Alphabet, Facebook y Netflix, pero también compañías de pago online, como la estadounidense PayPal o la neerlandesa Adyen (ver gráfico); los proveedores de servicios de informática en la nube, como Microsoft, y los fabricantes de chips, como Taiwan Semiconductor, que han mostrado "una increíble resistencia en una época de extrema volatilidad económica y de mercado", explica Jonsson.

Entre las subidas más llamativas en el parqué en 2020 se cuela Zoom, servicio de videoconferencias que se ha demostrado vital para mantener un contacto lo más personal posible dadas las circunstancias, tanto en el ámbito laboral como el personal. La fiebre por la tecnología ha sido de tal envergadura que, pese a haber sufrido una corrección del 20% entre febrero y marzo, el Nasdaq 100 ya estaba en máximos históricos en junio, recuerda Aitor Méndez, de IG.
La fiebre tecnológica fue tal que, tras caer un 20% entre febrero y marzo, en junio el nasdaq hizo máximos
Tampoco podía faltar, entre las compañías que más se dispararon en el parqué en 2020, Moderna, laboratorio estadounidense que ha desarrollado una vacuna contra el Covid; incluso a pesar del retroceso que sufrió en el parqué en diciembre, la biotecnológica siguió entre las más alcistas del pasado año. La salud fue otro de los nichos atractivos, incluyendo el segmento de los proveedores de equipos y suministros médicos, destaca Jody Jonsson.