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EEUU listo para expulsar a las cotizadas chinas que no comulguen con los auditores

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La Cámara de Representante aprobó por unanimidad el miércoles una legislación que amenaza con prohibir el comercio de acciones de compañías chinas que coticen en las plazas bursátiles de Estados Unidos.

La medida bipartidista ya fue respaldada por el Senado en mayo y podría convertirse en ley tan pronte sea rubricada por el presidente saliente, Donald Trump. Tradicionalmente, China se ha resistido durante años a permitir inspecciones extranjeras a las auditorías de sus empresas pero las tensiones han alcanzado su punto álgido con la actual Administración estadounidense.

Según la medida, las empresas chinas y sus auditores tendrán tres años para cumplir con las inspecciones antes de que entre en vigor la potencial prohibición comercial y su consecuente expulsión de los mercados bursátiles de EEUU. De no comulgar con estos requisitos, las empresas chinas probablemente se verán forzadas a privatizarse o trasladar su listado fuera de las plazas bursátiles patrias.

Paralelamente, los reguladores estadounidenses están trabajando en otra propuesta que podría permitir a los auditores chinos cumplir con el requisito de inspección sin violar las leyes de su país de origen, que limitan el intercambio de información. La Comisión de Mercados y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) podría emitir una propuesta este mismo mes, aunque no entraría en vigor de inmediato.

Cabe recordar como el pasado mayo, la Cámara Alta ya dio luz verde, también con un voto unánime, al proyecto de ley que requería que las empresas que recauden capital en los mercados de EEUU certifiquen que "no son propiedad ni están controladas por un gobierno extranjero". Una decisión con la que los legisladores buscaban atar en corto a las compañías chinas.

Además se les exigía que se sometan a una auditoría que pueda ser revisada por la Junta de Supervisión Contable de las Empresas Públicas (PCAOB, por sus siglas en inglés) el organismo sin ánimo de lucro que supervisa las auditorías de todas las empresas estadounidenses que buscan recaudar capital en los mercados públicos de EEUU.

Si por cualquier circunstancia la PCAOB no tuviera acceso a las auditorias de una compañía extranjera durante tres años consecutivos, las acciones de ésta no podrían cotizar en una plaza bursátil de EEUU como la New York Stock Exchange o el Nasdaq. 

Hasta la fecha, China se ha negado a permitir que sus compañías cumplan con la regulación estadounidense argumentando que la ley nacional del gigante asiático prohíbe que el trabajo de los auditores sea transferido fuera del país.

Es por ello que, a diferencia de las compañías estadounidenses, europeas y de muchas otras partes del mundo, las empresas chinas que cotizan en las bolsas de valores de EEUU están exentas de una supervisión financiera significativa.

Las tres plazas bursátiles más grandes a este lado del Atlántico, acogen más de 250 compañías chinas o con sede en Hong Kong, con una capitalización total aproximada de 2 billones de dólares, según S&P Global Market Intelligence. Entre ellas se incluyen gigantes como Alibaba o Baidu.

El pasado mayo el Nasdaq comenzó a circular reglas más estrictas que requieren que las compañías de algunos países, donde se incluye China, recauden al menos 25 millones de dólares en su OPV o, como alternativa, al menos una cuarta parte de su capitalización de mercado posterior a su estreno en bolsa. Precisamente esta misma plataforma también expulsó a Luckin Coffee, el "Starbucks chino", después de que la auditora Ernst & Young descubriera cómo esta compañía hinchó sus ventas en 2019.

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