
En las últimas semanas, varios fabricantes de automóviles se han estrenado con éxito en el mercado de bonos verdes. La última en hacerlo ha sido la sueca Volvo, que este miércoles realizó una emisión de 500 millones de euros, que recibió órdenes por cinco veces más, por 2.500 millones. Asi lo explicó Carla de Geyseleer, la directora financiera del grupo, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
"Se trata de nuestro primer bono verde y seguro que no será el último, ya que estamos decididos a convertirnos en un jugador plenamente volcado en el mercado del vehículo eléctrico", añadió De Geyseleer. A dicho mercado se destinarán los fondos captados.
El bono, que atrajo a inversores institucionales de todo el mundo, tiene un plazo de 7 años y un cupón del 2,5%, más ajustado de lo inicialmente previsto. Esta emisión permite a los compradores de high yield acceder a un mercado, el de la deuda verde, generalmente reservado al grado de inversión. Esa es la particularidad de esta emisión: Moody's concede a Volvo Car un rating de Ba1 con perspectiva negativa, y Standard & Poor's un BB+ con panorama estable; por lo tanto, ambas agencias consideran que la deuda que emita la compañía es high yield, o basura (en este sentido, Grecia, también con un rating por debajo del grado de inversión, ultima su debut, el próximo 8 de octubre, en el mercado de los bonos verdes, con una emisión de 500 millones).
Volvo no es el único fabricante de coches que en el último mes ha cambiado, por así decirlo, las emisiones contaminantes por las verdes: el pasado 17 de septiembre se estrenaba Volkswagen, y Daimler lo había hecho dos semanas atrás. Los bonos de Volkswagen, por 2.000 millones de euros, tienen un vencimiento a 8 y 12 años, y cupones del 0,875% y del 1,250%, respectivamente. El grupo alemán utilizará los fondos para financiar nuevos modelos eléctricos, el ID.3 y el ID.4. Por su parte, Daimler captó 1.000 millones de euros con un bono verde a 10 años, con un interés del 0,8%.
Podría sentar precedente
Tanto Volkswagen como Daimler tienen el grado de inversión para las agencias. La emisión de Volvo "podría sentar un precedente para otros fabricantes con un rating de high yield, como Valeo o Faurecia", comentó Philipp Buff, responsable de análisis en Pictet AM. La fiebre por la inversión sostenible ha aumentado el atractivo de estas emisiones y empujado a los inversores a aceptar rentabilidades más bajas a cambio de entrar en valores responsables.