
La renta fija deja ganancias del 6,5% en el año, con las rentabilidades a vencimiento alcanzando mínimos históricos en agosto. Las medidas de estímulo de los grandes bancos centrales han anclado las rentabilidades y los expertos consideran que, mientras no levanten el pie del acelerador, no hay peligro de grandes caídas en precio en deuda soberana, pero tampoco ven más recorrido al alza.
Se acabó la gasolina para la renta fija soberana. La deuda pública, especialmente en Europa, no es una alternativa viable para los inversores que busquen un empujón a su cartera.
Mantener los títulos hasta el vencimiento deja pérdidas en los bonos de las economías más sólidas y salvo en Italia y Grecia, la mayor parte de vencimientos de los países de la zona euro también están en negativo si se descuenta la inflación (0,4% en la zona euro durante el mes de julio), con el bono alemán en el -0,52%, el francés en el -0,22%, el español en el 0,27% y el portugués en el 0,3%.
En un año en el que la rentabilidad de índice de renta fija agregado, el Bloomberg Barclays Global Agg, ha tocado nuevos mínimos históricos en el entorno del 0,8%, los expertos tienen claro que hay que ir a otros lugares en busca de rentabilidad. El 6,5% que avanza el índice, además del 13,7% que se gana con el bono estadounidense por precio, el 3,3% con el alemán, o el 1,9% con el español, parece que no dan ya más de sí.
El BCE, un ancla para la deuda pública
"El Banco Central Europeo ha conseguido calmar todas las curvas y ha devuelto las primas de riesgo a los niveles pre crisis. El bono italiano está por debajo del 1%, el español por debajo del 0,3%, y ya no vemos nada de valor", explica Andrés López, gestor de renta fija de Imantia, refiriéndose a las compra de deuda que está llevando a cabo el BCE con su Programa de Emergencia por Pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el experto también descarta que estos activos vayan a sufrir un retroceso importante en los próximos meses, y espera que los precios se mantengan en la cima que ya han tocado. "Aunque el comportamiento en el año ha sido muy positivo, vemos que este tipo de activos van a estar muy soportados en la segunda parte del año", destaca el experto.
Es una opinión que se repite cuando se consulta a analistas y gestores. "Las compras de activos por parte de los diferentes bancos centrales sirven de apoyo y nos permiten estar relativamente seguros de que no veremos correcciones importantes", explica Jorge González, director de análisis de Tressis, coincidiendo también con Diego Fernández Elices, director general de inversiones en A&G Banca Privada: "No pensamos que la deuda soberana europea en general tenga recorrido, pero tampoco que tenga un gran riesgo", señala.
En la deuda pública estadounidense la situación es muy parecida, con el bono a 10 años en mínimos históricos de rentabilidad, en el 0,52%. Andrés López explica que "con las medidas de la Reserva Federal vemos la curva americana soportada. Por fundamentales, la rentabilidad del bono debería estar más arriba, pero el último anuncio de la Fed, en el que destacan que ven la necesidad de seguir apoyando al sistema, rebaja mucho las posibilidades de un repunte", explica.
"Para que el bono americano llegue a cotizar en negativo, la situación tiene que ser tremenda"
También descarta que pueda haber un rally mucho mayor en los precios de la deuda americana, y considera que "para que el bono estadounidense llegase a cotizar en rentabilidades negativas, la situación tendría que ser tremenda".
En el corporativo sí hay valor
Hay quien sí cree que todavía se puede rascar algo en algunos títulos de la periferia europea, como Owen Murfin, gestor de MFS Investment Managers, quien destaca que "en Europa tenemos una fuerte preferencia por los bonos de la periferia, frente a los de países core", pero, en general, con este panorama para la deuda soberana, los gestores están optando por buscar oportunidades en el universo de deuda corporativa, donde consideran que hay más valor en este momento para los inversores.
"En Europa tenemos una fuerte preferencia por los bonos de la periferia, frente a los de los países core"
"Preferimos invertir en bonos corporativos que soberanos y lo que sí estamos haciendo en algunos casos en aprovechar la rentabilidad que ofrecen algunas compañías españolas o italianas por el mero hecho de tener su domicilio social en estos países, a pesar de tener negocios bien diversificados geográficamente e incluso en algunos casos, con exposición limitada a sus países de origen", explica Diego Fernández Elices.
Desde Amundi explican que "la búsqueda de rentabilidades en crédito y deuda emergente es la única opción que les queda a los inversores", pero avisan de la necesidad de mirar con mucho cuidado qué activos se terminan comprando.
"La tarea es cada vez más complicada, y la selección es primordial. Un aumento de las emisiones de crédito va de la mano con el deterioro de la calidad de la deuda. Un área importante de atención son los falling angels [bonos que han pasado de tener el grado de inversión a perderlo, y convertirse en high yield], que podrían forzar a que haya ventas automáticas en las estrategias de renta fija con grado de inversión. Algunos inversores oportunistas también pueden conseguir buenas rentabilidades y vender antes de que los impagos empiecen a crecer", explica la firma francesa.
Álvaro Sanmartín, economista jefe de MCH Investment Strategies, explica que huyen "de los bonos a largo plazo en estos momentos y, a la hora de construir carteras con volatilidades controladas pero también con potencial de retorno, optamos, a modo de ejemplo, por estrategias activas en bonos convertibles a corto plazo".
En el caso de Imantia, López señala que sus carteras están posicionadas "en crédito corporativo y financiero, que es donde todavía vemos oportunidades, en sectores que se han quedado rezagados", y cree que "en la medida que vaya habiendo más visibilidad en cuanto al ciclo, con las vacunas, vemos que hay sectores que se han quedado atrás, en sectores como el automovilístico, el financiero... etc, con peor calidad crediticia, pero donde creemos que hay ahora mucho más valor", indica.