
El fondo de recuperación europeo ha servido de catalizador durante las últimas semanas para que el euro aprovechase la debilidad del dólar y llegase este lunes a tocar máximos en 22 meses al superar los 1,17 dólares y mirar muy de cerca los 1,18 dólares, el nivel medio previsto por las firmas de inversión para el próximo año que recoge Bloomberg. Una situación que pone aún mayor presión sobre el billete verde, cuya inminente debilidad lleva siendo la comidilla de las mesas de inversión a medida que Estados Unidos continúa afianzándose como el epicentro de la pandemia del coronavirus.
Con más de 4,23 millones de infecciones y una economía altamente dependiente del sector servicios, el dólar se correlaciona negativamente con la salud de la economía global. Una coyuntura que en estos momentos sopla a favor de Europa, Japón y China a expensas del impacto que pueda tener una posible segunda ola de casos. No obstante, buena parte de las métricas ya apuntaban a una sobrevaloración de la divisa estadounidense, que ahora no encuentran respaldo en los fundamentales.
"La reunión de esta semana del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC) de la Fed abrirá un período comprendido entre agosto y mediados de septiembre en el que los mercados deberían fijar el precio de una política cada vez más moderada a través de tasas reales más bajas. Esto debería respaldar los activos de riesgo y pesar sobre el dólar estadounidense", determina Matthew Hornbach, estratega de Morgan Stanley.
A la espera este miércoles del comunicado y la rueda de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell, el repunte de casos en estados como California, Texas, Florida o Arizona por mencionar algunos, indica que la recuperación de la actividad a este lado del Atlántico sufrirá contratiempos. Esto quedó patente en el freno en la tendencia a la baja de las peticiones semanales de subsidio por desempleo y en las declaraciones del vicegobernador de la Fed, Richard Clarida, quien incidió que en última instancia "el curso económico dependerá del rumbo del virus". Un camino que no pinta halagüeño.
"Seguimos pensando que el dólar perderá más terreno durante la segunda mitad del año a medida que la economía mundial se recupera", afirma Jonas Goltermann, economista de mercado de Capital Economics, quien recuerda que la divisa se mantiene muy por encima de su media a largo plazo y, por lo tanto, tiene mucho margen para debilitarse desde su nivel actual.
Tendencia bajista en el dólar
De hecho, son múltiples los factores que invitan actualmente a una tendencia bajista para el dólar estadounidense. Entre ellos el conocido como "déficit gemelo" tanto del lado fiscal como por cuenta corriente, que continuará ascendiendo a medida que el gobierno amplia los estímulos fiscales. Esto a su vez forzará al Departamento del Tesoro a mantener una fuerte emisión de deuda pública en un momento en que los inversores extranjeros muestran cierta inapetencia por los bonos del Tesoro estadounidenses y los gobiernos soberanos diversifican sus activos de reserva.
Los estrategas de divisas de Goldman Sachs pronostican ya que el dólar se debilitará un 5% durante los próximos 12 meses tras haberlo hecho ya un 4% desde mediados de mayo. De esta forma consideran que el euro llegará a cruzar los 1,20 dólares el próximo año y poniendo miras incluso en los 1,30 dólares a largo plazo.
El consenso de entidades que reúne Bloomberg estima que el cruce alcanzará los 1,18 dólares en 2021, sin embargo, son múltiples las entidades que proyectan una revalorización del 2% o más para la moneda europea el próximo año (ver gráfico).
El refugio del oro
Mientras la debilidad del dólar se materializa, "el oro se beneficia ante la búsqueda de refugio", destaca Stephen Innes, estratega jefe de mercados globales de AxiCorp, en una nota a sus clientes. Prueba de ello llegó el lunes con la onza tocando un nuevo récord en los 1.944 dólares, superando así los 1.921 dólares fijados en 2011. Este metal precioso acumula una rentabilidad del 27% en lo que llevamos de año y según los analistas de UBS llegará a alcanzar los 2.000 dólares antes de fin de año, impulsado por los bajos tipos, un dólar más débil y la tensión entre Estados Unidos y China.
Si bien los fundamentos son claramente bajistas para el dólar, la pregunta es si esto supondrá un cambio estructural para la divisa más allá del próximo año. De hecho, desde Nomura, su economista jefe, Robert Subbaraman, prevé ya una senda descendente en el dominio del billete verde a nivel global fomentado no solo por los déficits del país sino también por una mayor coordinación fiscal entre los miembros de la Unión Europea y el futuro impacto de las divisas digitales de los bancos centrales, lideradas especialmente por China.
"En los próximos años, esto podría resultar en una depreciación del dólares relativamente aguda, que podría alcanzar posiblemente hasta el 20%", advierte en su más reciente estudio sobre cómo será la economía mundial tras el azote del Covid-19.