La Reserva Federal dijo el lunes que extenderá sus esfuerzos para respaldar el mercado de deuda empresarial mediante la compra de un "índice de mercado amplio y diversificado" de bonos corporativos estadounidenses en el mercado secundario.
De esta forma, el banco central de EEUU busca a través de la adquisición de bonos corporativos individuales crear una "cartera de bonos corporativos" que cumpla con los estándares fijados por la institución.
Según las últimas directrices dadas a conocer, la Fed comprará bonos individuales que tengan un vencimiento de hasta cinco años o menos. Además, los emisores de dicha deuda deben contar con una calificación de BBB- o / Baa3, dependiendo de la agencia rating, a fecha de 22 de marzo, justo antes de que la Fed anunciase sus líneas de crédito.
A través de la conocida como Línea de Crédito Corporativo del Mercado Secundario, la Reserva Federal ya compra fondos cotizados en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) que incluyen deuda corporativa con grado de inversión y también algunos bonos de alto rendimiento.
Hasta el pasado 10 de junio, el banco central ya había obtenido alrededor de 5.500 millones de dólares en este tipo de ETFs como parte del programa que tiene la capacidad de comprar hasta 750.000 millones de dólares en deuda empresarial.
Las compras están gestionadas por la gestora BlackRock bajo la supervisión de la Fed de Nueva York y también ponen atención sobre los conocidos como "ángeles caídos", es decir, deuda de compañías que contaban con grado de inversión pero cuya calificación ha sido rebajada a especulativa o basura, después del pasado 22 de marzo.
La Fed planea complementar las compras en el mercado secundario con compras directamente a los emisores a través de una Línea de Crédito Corporativa del Mercado Primario, que aún no está activa.
El banco central dice que el ajuste permitirá a la Fed "apoyar la liquidez del mercado y la disponibilidad de crédito para grandes empleadores". La Fed anunció ambas instalaciones a fines de marzo para garantizar el buen funcionamiento del mercado y el acceso a crédito tras la debacle generada en los mercados financieros por la pandemia de COVID-19.
Desde el pasado 3 de marzo, cuando la Fed instigó su primer recorte de emergencia en los tipos de interés (50 puntos básicos), el banco central estadounidense se ha convertido en uno de los pilares para garantizar que la actual crisis económica no termina por contagiar al sistema financiero. De hecho, doce días más tarde volvió a actuar por sorpresa con una rebaja en el precio del dinero de 100 puntos básicos, que llevó las tasas federales a un rango del 0% y el 0,25%, niveles que instauró por primera vez en diciembre de 2008 y mantuvo durante siete años para combatir los efectos de la crisis financiera y posterior Gran Recesión.
Al hilo de esta decisión, Powell y el resto de funcionarios del FOMC reanudaron explícitamente una nueva ronda de flexibilización cuantitativa (QE), es decir, la compra de bonos del Tesoro a largo plazo y activos respaldados por hipotecas cuyo objetivo es reducir las tasas a largo plazo. El programa inicialmente se comprometió a engullir 500.000 millones de dólares en treasuries y otros 200.000 millones de dólares en hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés). No obstante, el 23 de marzo apostilló que estas compras se llevarían por cantidades ilimitadas "como fuera necesario".
Tres días más tarde expandió su catálogo de tenencias activos respaldados por hipotecas de agencias federales y activos respaldados por hipotecas comerciales. El balance de la Fed engordó durante la crisis financiera desde los algo más de 700.000 millones de dólares hasta los 4,5 billones. Actualmente ya supera los 7,16 billones.
Otras muchas medidas
La Fed también ha expandido su "ventana de descuento", que ofrece a las instituciones de depósito 90 días de financiación con tipos de solo 25 puntos básicos a cambio de un amplio rango de colateral. Y se ha convertido en el banco central del mundo, al instaurar líneas de intercambio (swap) con otras instituciones para garantizar la liquidez en dólares.
Más allá de este hecho ha establecido un Mecanismo de Recompra Temporal para las Autoridades Monetarias Extranjeras e Internacionales (conocido como la FIMA Repo Facility) que ayuda a respaldar el buen funcionamiento de los mercados. Powell y su equipo han rescatado programas de la crisis financiera y creado otros nuevos que ponen incluso en entredicho su mandato que, bajo el permiso actual del Congreso, solo permite la compra de bonos del Tesoro y activos respaldados de hipotecas.
En la sopa de letras anunciada desde el 17 de marzo se incluyen el Fondo de Financiación de Papel Comercial (CPFF) que respalda este mercado a través de la compra de papel comercial. La Línea de Concesión de Crédito Primario (PDCF): una ventana de descuento que permite otorgar préstamos a 90 días contra una amplia gama de garantías. El Mecanismo de Liquidez en el Mercado Monetario (MMLF), por su parte, absorbe los activos principales de los fondos monetarios.
Paralelamente, el Mecanismo de Préstamos de Valores Respaldados por Activos a Plazo (TALF) otorga préstamos a los bancos para comprar activos respaldados por créditos de consumo y cierta deuda hipotecaria comercial. Como colofón, el 9 de abril, la Fed tomó medidas adicionales para proporcionar hasta 2,3 billones de dólares en préstamos para ayudar a los hogares y empleadores de todos los tamaños y reforzar la capacidad de los gobiernos estatales y locales para brindar servicios críticos durante la pandemia del coronavirus.